Conocido por siglos por los pescadores del Pacífico de las costas de Ecuador y Perú, este fenómeno se presenta en ciclos irregulares que varían de 3 a 7 años. Suele llegar durante los meses de diciembre y enero en la época del nacimiento del niño Jesús, de allí su nombre: El Niño. Sin embargo, en contraste con la Navidad, El Niño trae enormes complicaciones que posiblemente se irán agravando con el cambio climático.
Oficialmente llamado Oscilación del Sur El Niño, el fenómeno ocurre debido a un cambio en las corrientes marinas así como en la dirección de los vientos. En condiciones normales, los vientos depositan una gran cantidad de agua y calor en las costas de Indonesia ocasionando una diferencia de temperatura de hasta 8°C entre las costas asiáticas y las sudamericanas. Durante el fenómeno de El Niño este proceso básicamente se invierte; los vientos se debilitan o dejan de soplar y las corrientes cálidas se trasladan a las costas de Perú y Ecuador mientras que las corrientes más frías se presentan en las costas asiáticas.
¿Qué consecuencias trae El Niño?
Como se mencionó anteriormente, El Niño llega en diciembre y se extiende hasta marzo. Sin embargo las consecuencias del fenómeno arrancan en enero y se extienden hasta noviembre. Por ello, El Niño produce consecuencias globales por tiempos prolongados tales como: cambio en la circulación atmosférica, calentamiento global del planeta y aumento en las aguas costeras. Sin embargo, dependiendo de la zona del planeta los efectos pueden variar.
Consecuencias para el sureste asiático: lluvias escasas, enfriamiento del océano, baja formación de nubes, periodos muy secos.
Consecuencias para América: lluvias intensas, intensa formación de nubes, periodos muy húmedos, intensas sequías, nevadas atípicas.
En Colombia, los habitantes sufren de una de las peores sequías en dos décadas ocasionando una disminución en la producción de cebada, trigo y maíz; en Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay se presentaron intensas lluvias que ocasionaron el desbordamiento de ríos dejando a más de 170 mil personas desplazadas.
En Centroamérica varios países sufrieron una aguda sequía durante los meses de marzo a septiembre del año pasado por lo cual se perdieron una gran cantidad de cosechas.
En México, ya se han empezado a sentir alguno de los efectos. En la península de Baja California se han presentado fuertes lluvias e inundaciones y en Sonora, se han presentado nevadas atípicas.
Ahora bien, como El Niño todavía continua y es muy temprano para determinar cuáles serán las consecuencias que nos esperan para todo el 2016 ya que los efectos varían dependiendo de la intensidad con la que se presente dicho evento. Para ello se manejan tres escenarios que presentan las distintas consecuencias que tendrían en el país tal fenómeno.
Escenario 1 (El Niño débil): Los patrones de precipitación se mantienen bajo condiciones normales en la mayor parte del país, a excepción de la península de Yucatán, donde existe una ligera variación durante verano e invierno.
Escenario 2 (El Niño moderado): En los meses de verano habría un aumento de lluvias para la zona centro y noreste del país y condiciones secas en la península de Yucatán. En invierno, el principal cambio se presentaría en la península de Baja California con una mayor sequía.
Escenario 3 (El Niño intenso): Bajo este escenario, el país entero presentaría sequía intensa a lo largo del año, con una ligera mejora en los meses de invierno.
¿Qué es lo que se espera que suceda en los próximos años?
El fenómeno de El Niño de este año se espera que sea uno de los peores desde 1950 y los científicos lo atribuyen al cambio climático. Sin embargo, aún no saben con certeza qué efectos tendrá en el planeta, es decir, no se sabe si ambos patrones se reforzarán uno al otro, se anularán, actuarán en consecuencia o afectaran otras regiones del planeta.
Lo que sí conocen con certeza es que los problemas para las poblaciones tanto humanas como de animales irán en aumento debido a la intensidad con la que las lluvias y las sequías se presentan en lugares donde antes no se presentaban.
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El centro pertenece a EGADE Business School sede Monterrey, y es dirigido actualmente por su fundador el Dr. Gerardo Lozano Fernández, quien ha estudiado la sostenibilidad empresarial desde el año 1999.En esta columna encontrará casos sobre empresas y OSC que han generado un desarrollo sostenible en diversos países de Latinoamérica. Además encontrará diversos análisis y opinión sobre las tendencias y prospectiva de la sostenibilidad empresarial a nivel internacional.