Durante décadas, el concepto del peak oil y cuándo ocurrirá ha sido objeto de discusiones en torno a los recursos energéticos globales. Aunque este evento aún no ha acontecido a nivel mundial, la Agencia Internacional de Energía (AIE) proyecta en un nuevo informe de análisis y previsión «Oil 2023» que podríamos estar acercándonos a ese momento.
Antes de adentrarnos en el futuro energético y en las implicaciones medioambientales y sociales para las operaciones comerciales, es esencial comprender qué es el peak oil, de acuerdo con BBC.
Qué es el peak oil
El peak oil, en pocas palabras, señala el punto en el que la producción de petróleo alcanza su máximo nivel de extracción física, seguido de un declive continuo. Según la AIE, este momento podría estar a la vuelta de la esquina, con una proyección para suceder en 2029 o 2030, según Ciarán Healy, analista del mercado petrolero de la AIE.
«Si bien observamos un panorama de crecimiento, también detectamos un ritmo más lento de crecimiento en esta década, y aunque el petróleo sigue siendo altamente relevante, es posible que estemos al borde de puntos de inflexión'»
Ciarán Healy, analista del mercado petrolero de la AIE.
A lo largo de los años, el petróleo ha sido un recurso vital para el crecimiento económico y el desarrollo. Sin embargo, esta dependencia continua ha suscitado crecientes inquietudes sobre el agotamiento de esta valiosa fuente de energía y sus efectos en el cambio climático.
Pico de petróleo beneficia al planeta
En voz de la AIE, aunque se espera una demanda constante de petróleo en los próximos años, también se observa una marcada desaceleración en el consumo de combustible. En esencia, estas declaraciones instan a empresas, gobiernos y a la sociedad en general a anticipar y prepararse para cambios significativos en el panorama energético mundial durante la próxima década.
Sin embargo, alcanzar el pico de demanda de petróleo está lejos de ser suficiente para abordar los objetivos climáticos. Un pico a finales de la década aún se encuentra muy por debajo de lo necesario para mantener el aumento de la temperatura global dentro de límites razonables. La AIE ha señalado previamente que para lograr que las emisiones de CO2 del sector energético alcancen cero neto para 2050, un requisito para limitar el aumento de la temperatura global a 1.5°C por encima de los niveles preindustriales, es necesario detener de inmediato la apertura de nuevas minas de carbón, campos petroleros y yacimientos de gas.
No obstante, según la AIE, este pronóstico representa una señal significativa en el mundo real de que la transición de los combustibles fósiles a las energías renovables está ocurriendo a escala global.
¿En declive demanda de fósiles?
La AIE no es la única entidad que pronostica un declive en el crecimiento del petróleo. Incluso compañías petroleras como BP han insinuado que la demanda global de petróleo está en disminución. Pero, ¿qué sustenta estas proyecciones y qué obstáculos impiden un declive más rápido? Para comprender más a fondo estos cambios sustanciales, es crucial explorar los factores globales que están moldeando este panorama.
Este nuevo enfoque en el peak oil representa una evolución en el debate energético. Anteriormente, el enfoque se centraba en la producción máxima de petróleo crudo y su declive irreversible. Sin embargo, la aparición de fuentes no convencionales y grandes yacimientos en países como Guyana, Namibia y Brasil ha redefinido esta perspectiva.
«Siempre ha habido nuevos descubrimientos o tecnologías emergentes, nuevas formas de extraer petróleo. Por lo tanto, nunca hemos llegado realmente a un pico: la capacidad de producción de petróleo ha estado creciendo todo el tiempo que hemos tenido petróleo».
Krista Halttunen, investigadora en finanzas sostenibles en la Universidad de Oxford.
A medida que aumentan las preocupaciones sobre el cambio climático en las últimas décadas, las opiniones sobre la extracción de combustibles fósiles han cambiado drásticamente. Con el carbón, el petróleo y el gas como principales contribuyentes al cambio climático global, y diversas fuentes alternativas de energía renovable al alcance de la mano, la reducción y eliminación gradual de los combustibles fósiles se considera un paso urgente y necesario.
Urge transitar hacia fuentes energéticas menos contaminantes
La transición hacia un mundo de energías renovables no está exenta de desafíos. Desde el declive del petróleo hasta la adopción generalizada de tecnologías limpias, las empresas se enfrentan a una serie de obstáculos mientras navegan hacia un futuro post-petróleo. Sin embargo, estos desafíos también presentan oportunidades para la innovación y la diferenciación competitiva.
A medida que los patrones de consumo de energía siguen evolucionando, es imperativo aprovechar este momento transformador para acelerar la implementación de tecnologías renovables, mejorar la eficiencia energética y fomentar un futuro energético sostenible. La transición hacia una era posterior al pico del petróleo requiere acción colectiva, políticas innovadoras y un compromiso decidido para forjar un mundo más limpio y resistente.
Healy concluye que ve las proyecciones de demanda máxima de petróleo de la AIE como «algo esperanzador» que muestra las consecuencias reales de las políticas climáticas adecuadas en el mundo real. Sin embargo, también señala que todavía queda un largo camino por recorrer en la lucha contra el cambio climático.