En abril de 2009 el gobierno de Australia concretó su iniciativa de crear el Instituto Internacional de Captura y Almacenaje de Carbono (GCCSI, por sus siglas en inglés), la cual tiene como objetivo acelerar la utilización comercial a nivel mundial de la captura y almacenaje de carbono (CCS por su abreviatura en inglés) a gran escala.
¿En qué consiste el CCS exactamente? Es una tecnología emergente que puede reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO²) de las plantas de generación de energía eléctrica y aquellas derivadas de diversos procesos industriales a gran escala a niveles cercanos a cero a través de la captura de las emisiones de carbono y su almacenaje bajo tierra de manera segura.
No cabe duda que las fuentes alternativas de energía desempeñarán un papel importante en los años futuros, pero mientras tanto cada año se están construyendo aproximadamente 100 nuevas plantas convencionales y de gran escala para la generación de energía eléctrica en todo el mundo. Es por ello que el papel de la tecnología CCS será clave para lograr estabilizar los niveles de CO² en la atmósfera y minimizar el impacto del cambio climático, ya que dicha tecnología representa una solución que puede ser utilizada por las fuentes emisoras de CO? ya existentes y que usan combustibles fósiles, así como por aquellas de nueva creación que surgirán alrededor del mundo en los próximos años.
El GCCSI, conformado por expertos de todo el mundo, ya ha recibido apoyo internacional sin precedente, tanto por parte de los gobiernos de más de 20 países, incluido México (a la fecha el único país latinoamericano miembro del Instituto), así como por parte de más de 80 empresas líderes, entidades no gubernamentales y organizaciones de investigación científica que se han sumado a esta iniciativa como miembros fundadores. Asimismo, el GCCSI facilitará el desarrollo y la utilización a escala comercial de proyectos de CCS seguros, económicos y ambientalmente sostenibles y trabajará en colaboración con las entidades antes mencionadas y el sector privado para generar confianza en dicha tecnología.
También continuará desarrollando tecnologías limpias y ayudará a mantener el impulso necesario por parte de la comunidad internacional para ofrecer una solución más al urgente problema del cambio climático.
Para ello, el gobierno de Australia aportará fondos por aproximadamente 90 millones de dólares anuales para apoyar la labor del GCCSI.
Al mismo tiempo, Australia sigue firmemente comprometida con las negociaciones para alcanzar un acuerdo global encaminado a hacer frente a los efectos del cambio climático. Es por ello que en los meses previos a la próxima Conferencia de las Partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y del Protocolo de Kyoto que tendrá lugar en Cancún en diciembre de este año, Australia seguirá colaborando estrechamente con México y el resto del mundo para enfrentar el apremiante reto que el calentamiento global representa para todo el planeta.
Excélsior- global, p.3
