Hablemos de licencia familiar remunerada. Hace años, legislaciones como la Ley de Estadounidenses con Discapacidades y la Ley de Permisos Médicos y Familiares recibieron muchas críticas de la comunidad empresarial. La narrativa típica era que esa legislación era un «asesino de empleos». Y en los últimos años, los políticos, con el respaldo implícito de las empresas, han presentado proyectos de ley que debilitarían esos derechos.
Más apoyo al permiso familiar remunerado
De acuerdo con TriplePundit pareciera que ahora más líderes empresariales se dan cuenta de que dar a sus empleados tiempo y espacio para cuidar de sus familias en tiempos de necesidad —sin enfrentarse a las dificultades económicas— es realmente bueno para el resultado final.
Recientemente, casi 200 empresas han firmado una carta en la que instan al Congreso de EE.UU. a apoyar el permiso familiar remunerado en cualquier paquete federal de recuperación económica.
No podemos salir de esta pandemia y seguir siendo uno de los dos únicos países del mundo sin ningún tipo de permiso nacional remunerado.
Necesitamos una política que sea inclusiva y que proteja a todos los trabajadores por igual, independientemente del tipo de trabajo que realicen, de dónde vivan o de a quién amen.
Carta.
Las empresas que apoyan el permiso familiar retribuido son de distintos sectores e incluyen a empresas como Danone North America, Diageo, Levi Strauss, Nextdoor y Salesforce.
La carta al Congreso llega tras un reciente informe que indica que el 75% de las empresas estadounidenses están de acuerdo en que una política nacional de permisos familiares remunerados les ayudaría a resistir futuras crisis económicas y de salud pública.
Lucha por la desigualdad
Los partidarios de la baja familiar remunerada también afirman que esta legislación puede ayudar a combatir las desigualdades raciales, de género y de clase que aún prevalecen en Estados Unidos, ejemplificadas por los 3 millones de mujeres que se calcula que han dejado de trabajar el año pasado.
Esta legislación podría ayudar a arreglar el mosaico de leyes nacionales y locales que dejan a la mayoría de los empleados sin ninguna opción de permiso familiar remunerado para cuidar de sus seres queridos durante un momento de crisis.
Desde un punto de vista moral y ético, la legislación sobre permisos familiares retribuidos cimentaría una cultura de cuidado y flexibilidad laboral que las empresas están promoviendo cada vez más a medida que la pandemia del COVID-19 continúa.
No obstante, también hay argumentos económicos a favor del permiso familiar remunerado. Aunque la vacunación masiva está en marcha, no hay garantía de que vayamos a alcanzar la inmunidad de rebaño a corto plazo, especialmente si las nuevas cepas del nuevo coronavirus siguen enfermando a más personas.
Además, como le dirá cualquier profesional de los recursos humanos, la contratación de nuevos empleados a través de herramientas remotas es una tarea ardua. El alto coste de la rotación de personal está documentado desde hace tiempo, y hay que pagar un precio por los empleados desencantados que creen que sus empresas no se preocupan.
