Tan solo entre el año 2000 y 2021, la movilidad de niños migrantes menores de 12 años en México incrementó seis veces, pasando de poco más de 4 mil a aproximadamente 32 mil, esto de acuerdo con Save The Children. Si bien las cifras son alarmantes, lo son también las situaciones que enfrenta la migración infantil no acompañada, como son violencia física, sexual, desaparición forzada y la muerte.
Por ello, se necesita visibilizar y salvaguardar los derechos de las y los infantes que salen de sus hogares para encontrar un futuro mejor. Lo cierto es que las políticas en materia migratoria muestran un retroceso, más cuando se habla de niñas y niños, empero, este tránsito no espera y continúa fluyendo día con día, por lo que tanto el sector civil como el privado se han involucrado en brindar ayuda a los millones de migrantes que cruzan por México —donde muchas veces son retenidos— para llegar a Estados Unidos.
En este sentido, atender a las infantes migrantes es un compromiso que la Fundación Pablo Landsmanas (FPL), el brazo filantrópico de Corporativo Kosmos, —empresa dedicada a los servicios de alimentación— ha buscado interactuar con diferentes actores sociales para encontrar soluciones en beneficio de la migración infantil no acompañada.
Como parte de su labor, el pasado 7 de julio, Patricia Flores, Presidenta de la FPL y Claudia Ramírez, voluntaria de la FPL, participaron en el programa de radio Generación de Valor de la Universidad Anáhuac— en el que compartieron con los radioescuchas un poco de la labor que realiza la Fundación en alianza con la institución académica, así como un panorama en torno a la migración de niñas, niños y jóvenes no acompañados.
Para resolver hay que entender: ¿Qué es la migración infantil no acompañada?
De acuerdo con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), el término migrante define, de forma genérica, “a toda persona que se traslada fuera de su lugar de residencia habitual, ya sea dentro de un país o a través de una frontera internacional, de manera temporal o permanente”. Dicho concepto no se encuentra incluido dentro del derecho internacional, por lo que no tiene un carácter legal; esta es una de las grandes problemáticas de las personas migrantes que salen de sus naciones sin ningún tipo de garantía.
Si bien los adultos que migran son un sector vulnerable, esto se agrava cuando se habla de menores, que, en su mayoría migran sin compañía de sus padres, madres o tutores legales, exponiéndose a muchos riesgos en su trayecto. Cabe destacar que en México, un menor puede viajar con un adulto, pero mientras este no sea su tutor legal, el niño o niña es considerado no acompañado.
La migración infantil no acompañada es un fenómeno complejo, que requiere la intervención y el análisis puntual. Por este motivo, dentro de las objetivos de la FPL está el de brindar una respuesta humanitaria estructurada a esto, ante ello, la Fundación, además de apoyar a otras asociaciones, también ha implementando la Cátedra de Investigación Elías Landsmanas Dymensztejn – Anáhuac, la cual está abriendo un análisis desde la Academia sobre este tema.
“Para saber qué hacer, necesitamos estudiar el fenómeno y por eso estamos haciendo esta Cátedra de investigación junto con la Universidad Anáhuac. Ha sido de mucha utilidad”.
Patricia Flores, presidenta de la Fundación Pablo Landsmanas.
Con esta dedicación, la presidenta de FPL espera que pronto se pueda proveer atención integral con beneficios a largo plazo para la migración infantil no acompañada, creando un centro especializado en este sector que vaya más allá de los servicios asistenciales que se ofrecen actualmente.
Mismos que no toman en cuenta sus necesidades físicas, psicológicas y legales, por lo que Flores señaló que se requieren de más aliados y que la sociedad se sensibilice en cuanto a que la migración es un derecho humano.
Fundación Pablo Landsmanas, un impulso a la RSE
Para contribuir de manera sustancial a niñas y niños migrantes no acompañados, la FPL se ha acercado a instituciones que estén trabajando en favor de ellos, enfocándose en los centros de día, donde se reciben a familias y menores migrantes. Aquí la Fundación trata de brindarles dinámicas para su acompañamiento, ya sea en cuestiones de educación, alimentación, salud y capacitación, según lo indicó Claudia Ramirez durante la transmisión.
Aunado a ello, la Fundación —creada con el propósito de generar un valor compartido— demuestra que la Responsabilidad Social dentro de Corporativo Kosmos es esencial, ya que además de brindar la asistencia humanitaria a la migración infantil no acompañada, tiene otros cuatro ejes de acción importantes, que son:
- Alimentación
- Salud
- Educación
- Desarrollo sustentable
En el primero, la FPL apoya a asociaciones que lo necesiten con alimentos preparados o insumos, una muestra de ello es el trabajo que realizan junto a especialistas alimentarios de Corporativo Kosmos para brindar menús adecuados a personas alojadas en centros de desintoxicación por drogas. En cuanto a salud, en colaboración de la asociación Salvando vidas, realiza donaciones para ayudar a personas con padecimientos graves, además contribuye brindando recursos para las realización de operaciones de niños y niñas con labio y paladar hendido.
El tercer pilar se ha enfocado a apoyar a escuelas con equipos de cómputo y en un programa de capacitación a personas privadas de su libertad, con el que les brindan la posibilidad de obtener un oficio y que se reinsertan tras cumplir su condena. Por último, en cuanto al desarrollo sustentable, la FPL impulsa voluntariados de reforestaciones y cuidado medioambiental.
Con estos propósitos, la Fundación Pablo Landsmanas se suma a mejorar la sociedad, dejando claro que se requiere de unión, esfuerzo y estructura para dar soluciones a las necesidades que se tienen actualmente.
