Todos los días consumimos una gran cantidad de productos, algunos los desechamos casi inmediatamente –como las bolsas de plástico, las botellas, las envolturas y el papel– y con otros tardamos un poco más de tiempo en considerarlos no viables –dispositivos electrónicos y ropa–. Sea cual sea el caso, lo cierto es que, al contrario de lo que creemos, la vida de un producto no termina cuando lo tiramos.
Quizá esa camisa ya no te quede, el celular que tienes ahora sea considerado obsoleto o esa caja de cartón no sirva más para guardar cosas, sin embargo, su vida útil puede continuar si sometemos estos productos a procesos de reciclaje o reutilización, fomentando así un mejor aprovechamiento de los recursos que lo fabricaron, y ayudando a generar una menor cantidad de residuos.
Hay muchas personas que intentan hacer esto en sus actividades diarias; incluso se ha vuelto una tendencia encontrar nuevas formas de reciclar o reutilizar las cosas, aun cuando sea con un propósito distinto al original.
No obstante, esta acción no recae exclusivamente en los consumidores. Las empresas son las principales responsables de procurar que cada ciclo de vida de un producto sea correctamente gestionado; también deben cubrir esos costos y no dejarlos en manos de la gente. Es aquí donde entra la responsabilidad extendida, un término que está tomando fuerza, incluso a nivel legislativo en nuestro país.
Qué es la responsabilidad extendida
Garantizar que los productores se encarguen de los artículos que fabrican en cada fase de su vida, los recuperen, reciclen y dispongan adecuadamente de ellos es lo que se conoce como responsabilidad extendida del productor (REP), la cual es implementada “a través de instrumentos políticos administrativos, económicos e informativos”, según Greenpeace.
Los fabricantes (…) deben hacer productos limpios que puedan ser reutilizados o reciclados de manera segura y establecer un sistema para recuperar sus productos cuando finaliza su vida útil. –Greenpeace
La REP tiene tres principios angulares:
- Enfoque de prevención de la contaminación.
- Pensamiento sobre el ciclo de vida de los productos.
- “El que contamina paga”.
Asimismo, un programa de REP cuenta con dos objetivos:
- Mejorar el diseño de los productos y sus sistemas.
- La alta utilización de productos y materiales de calidad mediante la recolección, tratamiento, reutilización o reciclaje que sea ecológico o socialmente conveniente.
Para complementar la definición de la REP, podemos basarnos en la información que nos da CEGESTI: una estrategia para transferir el manejo de la gestión de los residuos, incluyendo sus costos, a los fabricantes.
El concepto de responsabilidad extendida se puede atribuir a casi todos los productos que compramos y utilizamos, siendo los de consumo masivo los más importantes. De acuerdo a CEGESTI, existen varios mecanismos que las empresas deben integrar a sus operaciones:
- Establecer un programa efectivo de recuperación, reutilización, reciclaje u otro medio de valorización para los desechos derivados por el uso o consumo de sus artículos.
- Elaborar productos, embalajes o empaques cuyo diseño minimice la generación de residuos, y permita su eliminación en la manera menos dañina para el medio ambiente y la salud de las personas.
- Formar alianzas para mejorar los sistemas de recolección y gestión integral de desechos.
Todo lo que conforma la responsabilidad extendida, está fuertemente relacionada con uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS): el número 12 “Producción y Consumo Responsables”, que busca desarrollar una gestión sustentable y el uso eficiente de los recursos naturales para el 2030.
¿Existe una compañía en México que esté alineada a la REP y cumpla con estos principios?
El compromiso Bio Pappel
Ya que su negocio se enfoca en la producción de papel 100% reciclado, Bio Pappel está totalmente comprometido en proteger el medio ambiente y fomentar un manejo responsable de los recursos y materiales utilizados en sus actividades.
En su modelo de sustentabilidad, la empresa sigue una cadena de responsabilidad extendida que implica no cortar árboles en la producción del papel. Esta iniciativa es llamada Bosque Urbano®, la cual sustituye el uso intensivo de los recursos forestales y, en su lugar, recicla el papel en gran escala. De esta forma, multiplica el ciclo de vida del papel, así como los productos provenientes del mismo, a través de la recolección después de su uso y el reciclaje, convirtiéndolos nuevamente en papel y elaborando productos sustentables.
Así, Bio Pappel no contribuye solamente a la REP, sino a una economía circular que acabe con el ciclo vicioso de “tomar, hacer, desechar” al que nos hemos adaptado durante mucho tiempo.
Gracias a estas medidas, en los últimos cinco años se han recolectado y reciclado aproximadamente siete millones de toneladas de papel y cartón, lo que equivale a haber capturado 28 millones de toneladas de CO2. Esto contribuye a:
- Incrementar el índice nacional de recolección de papel.
- Brindar una solución al problema del manejo de residuos sólidos urbanos en México.
- Fomentar una cultura de reciclaje, de cuidado y protección del ambiente y los recursos naturales.
Estas acciones forman parte del compromiso Bio Pappel, el cual, además de favorecer el cuidado del planeta, también genera un valor agregado a los clientes y consumidores de la compañía. Para asegurar que su esfuerzo continúe fortaleciéndose año con año, la empresa destina el cien por ciento de su inversión total a la mejora de proyectos verdes, entre ellos, Bosque Urbano.
Un modelo de negocio sustentable, sólidos programas de responsabilidad social (RSE) y un compromiso firme con el planeta y las personas son cualidades que distinguen a Bio Pappel, haciendo evidente que, no por nada, es una empresa que puede llamarse a sí misma la mayor recicladora de papel en el país.
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Muy bueno