A medida que la RSE crece y se profesionaliza, un departamento especializado surge dentro de las empresas más comprometidas, y con él la figura del director de RSE o sustentabilidad corporativa. Se trata de un ejecutivo de alto nivel que participa en el desarrollo y la comunicación estratégica de la compañía a largo plazo.
El paradigma que conservan algunas organizaciones de que la sustenabilidad es un tema separado de la estrategia de negocio es obsoleto. Según cuenta Mike Krzus en un artículo publicado en el portal Greebbiz, esto lo aprendió cuando escribió junto a Bob Eccles el caso «Novo Nordisk: Un Compromiso con la sostenibilidad», para Harvard Business School. Lo que comenzó como un caso sobre la presentación de informes integrados resultó ser un estudio de lo que una organización debe hacer para equilibrar con éxito la función lucrativa del negocio con su preocupación por las personas y por el medio ambiente.
Con el paso del tiempo, la palabra sustentabilidad ha sido asociada en la mente del público general con la protección al medio ambiente. Las emisiones de carbono, el estrés hídrico, los residuos tóxicos y la contaminación son importantes asuntos sociales y de negocios.
Sin embargo, combatir todas estas problemáticas no es una lucha aislada de la actividad económica. Necesita ser incorporada en la conducta corporativa y esto solo puede lograrse cuando la toma de decisiones se base en el principio de viabilidad a corto y largo plazo tanto para la empresa como para su entorno. La misión de un director de RSE es asegurarse de que la sociedad y el medio ambiente no sean sacrificados en el proceso de decisión.
El director de RSE tiene una misión: Asegurarse de que el medio ambiente y la sociedad no son sacrificados en el la toma de decisiones
Al mismo tiempo, las empresas necesitan ayudar a sus colaboradores a alcanzar su máximo potencial y despertar su interés en abordar los diferentes problemas ambientales y contruibuir al desarrollo de sus comunidades. Sensibilizar al público interno es fundamental para que la RSE se integre de manera exitosa al ADN de la organización.
Cuando el compromiso de una compañía trasciende la creación de valor económico y se centra en el valor ambiental y social, considerando siempre la viabilidad a largo plazo, se vuelve más competitiva; la RSE pasa a formar parte de su identidad. Es difícil creer que todo esto pueda lograrse sin un director de responsabilidad social que pueda incluir en las decisiones corporativas y responder a todas estas preguntas.
Los cuestionamientos anteriores fueron desarrollados con base en los diez elementos de una estrategia a largo plazo publicados en el documento «Hacer frente al reto de la visión a corto plazo» de el Focusing Capital in The Long Term (FCLT) Global.
Por tanto, ¿qué puede hacer un director de sustentabilidad para enganchar al CEO y otros ejecutivos de alto nivel y mostrarles la importancia de incorporar la RSE en la estrategia a largo plazo, en lugar de verla como una iniciativa independiente?
Un primer paso podría ser el de abogar por la adopción de informes integrados. Hay dos razones importantes para ello:
La primera es que cuando se integra la RSE al informe de resultados de la organización, esta pasa automáticamente a ser un tema relevante de negocio y se comunica como tal a los inversores actuales y potenciales. Una investigación realizada por George Serafeim, profesor asociado de Harvard Business School, publicada por primera vez en 2015, encontró que las empresa que producen informes integrados muestran una clara tendencia a pensar en la estrategia a largo plazo.
En segundo lugar, la presentación de informes integrados puede ayudar a los CEO’s a transformar el paradigma sobre el cual basan la toma de decisiones; ya que cuando una organización da a conocer sus metas y objetivos a medio y largo plazo crea compromisos para mejorar el rendimiento futuro.
