Las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) juegan un papel fundamental en el desarrollo económico de los países. Este sector es uno de los más amplios y dinámicos a nivel mundial, pues abarca desde la industria de la manufactura hasta la industria de los servicios. Por lo tanto, los impactos que producen sus actividades no sólo se ven reflejados dentro de la propia industria TIC, sino también en el desempeño de otros sectores.
La Conferencia sobre el Desarrollo Sostenible Río+20 de las Naciones Unidas reconoce la importancia que tienen las TIC para impulsar el Desarrollo Sostenible (DS), al mencionar que el uso de las TIC tiene repercusiones positivas en los tres pilares del DS: crecimiento económico, integración social y sostenibilidad ambiental.
Lo que nos permite visualizar a la RSE desde dos perspectivas, una orientada a la forma en que las propias empresas del sector adoptan la responsabilidad social en sus organizaciones y otra encaminada a la manera en que las TIC ayudan a que otras empresas trabajen en RSE.
En el estudio “La Responsabilidad Social en México desde un enfoque sectorial”, es interesante notar que de los siete sectores analizados, el único autocrítico es el de las TIC, al evaluar mejor la importancia de la RSE (8.1 sobre 10) que su empresa (7.9 sobre 10). Asimismo, en opinión de 54% de los encuestados, la protección y cuidado del medio ambiente es la principal razón que los motiva a trabajar en RSE.
Estos datos reflejan que las empresas del sector TIC son conscientes del impacto positivo que genera su actividad en el aspecto ambiental de la responsabilidad social. Y ante la pregunta concreta sobre cómo pueden las TIC ayudar a otras empresas en sus acciones de RSE, destacaría cuatro puntos: 1) reduciendo la huella de carbono, 2) generando ahorros a través de tecnologías eco-amigables y 3) haciendo más eficientes los procesos operativos y 4) mejorando los canales de comunicación de la responsabilidad social.
Actualmente, en las empresas del sector TIC, el chip ambiental es ya una tendencia en los negocios; muchas de ellas trabajan en el desarrollo de soluciones inteligentes para medir y mitigar los impactos ambientales de las organizaciones. Sin embargo, un área de oportunidad que he notado en la comercialización de estas soluciones es la falta de un chip de RSE; es decir, que en el discurso de la venta de los productos y servicios TIC se sobrepone el valor técnico de las soluciones por encima del valor de uso.
Sabemos que los datos duros al momento de medir la eficiencia de las TIC son importantes: cuántas emisiones de CO2 ha reducido la empresa, el número de hojas de papel que se han ahorrado, etcétera. Pero el valor agregado de estas soluciones no sólo está en la medición, sino en la forma en que gracias a ellas se puede actuar y contribuir al mejoramiento de los programas de responsabilidad social.
Este 24 de septiembre se llevará a cabo el Ricoh Sustainability Summit en la ciudad de México, un evento gratuito en el que se podrá conocer cómo a través de la innovación es posible medir y actuar en RSE. Los detalles de este congreso podrán encontrarlos en nuestro LinkedIn: ResponSable-La red profesional de Responsabilidad Social.
Fuente: El Economista