El escenario es una aldea alejada de la civilización, donde son depositadas cajas totalmente cerradas. Los habitantes nunca han visto una computadora, ni saben leer o escribir. Sin embargo, en unos minutos las cajas ya están abiertas, y poco tiempo después los niños de la aldea ya han prendido las tabletas que estaban adentro, y están empezando a aprender cómo funcionan.
La historia parece salida de una película de Hollywood especialmente triste, pero es una realidad. Sucedió en Etiopía y demuestra una hipótesis sobre la capacidad humana para aprender e innovar.
One laptop per child es una organización que pretende proveer a todos los niños de escasos recursos con una computadora de uso rudo y bajo consumo de energía, de forma que puedan aprender por sí mismos por medio de hardware y software diseñado con esto en mente. Las tabletas usadas en este experimento fueron Motorola Xoom, que funcionaban con un cargador solar que los adultos habían sido enseñados a usar.
Según reporta el blog de tecnología Mashable, después de varios meses usando el software educativo, los niños ya podían poner a cargar los aparatos, deletrear algunas palabras y cantar «la canción del alfabeto». También habían personalizado el escritorio de los equipos, de forma que cada niño tenía una tableta diferente, a pesar de que los investigadores las habían programado para hacerlo imposible.
Esta es la primera vez que One laptop per child entrega computadoras fuera del contexto de una escuela, y espera tener más apoyo para llevar educación a niños que no tienen acceso a escuelas.