Por Solange Romero
Cuando pensamos en el concepto Medio Ambiente, aparece en nuestro imaginario aquella esfera azul y verde, vista desde el espacio. O tal vez, un paisaje de alguna selva virgen, digno de una fotografía lateral en un artículo de ciencia for dummies.
Sin embargo, es poco común que relacionemos al medio ambiente con nuestra naturaleza humana, pensamos que al hablar de él hacemos alusión a plantas, ecosistemas o tal vez temperaturas globales. Pero el medio ambiente es más que aquella mezcla de factores, es también una extensión de nosotros mismos y nosotros de él.
Ser parte del medio ambiente significa pertenecer a un sistema complejo, de seres vivos y no vivos, del cual se deriva la especie humana. Significa aceptar que somos una pequeña parte del órgano más complejo que existe; La naturaleza.
Es verdad, los seres humanos somos tan solo una minoría comparada con la magnificencia del universo y del planeta mismo. Sin embargo, tenemos un factor importante a nuestro favor, ¡Somos más de 7 mil millones de personas habitando el planeta!
¿7 billones de personas en crisis?
Cada año, el planeta aumenta considerablemente su temperatura debido al consumo excesivo de sus recursos y al desequilibrio ecológico que esto genera. Hemos visto como resultado de esta crisis climática la presencia de fenómenos naturales inusuales, el surgimiento de epidemias y la agudización de la crisis económica mundial.
Estos factores afectan a todos aquellos que se encuentren dentro del concepto abstracto de “humanidad” pues la crisis ambiental nos ha demostrado que sus consecuencias han dejado de ser anónimas y han moldeado nuestra “nueva realidad”.
¿Qué podemos hacer?
Usar nuestra herramienta más grande, siete billones de voluntades. Si consideramos que la crisis ambiental es también una crisis que nos atañe a nivel individual, en nuestras casas, trabajos y comunidades, abrimos las puertas a crear activamente soluciones a los principales retos que afronta la humanidad hoy en día en materia ambiental.
Detener el cambio climático no es tarea de un solo hombre, ni de algunos interesados. Es responsabilidad de tanto de los gobiernos, academias, instituciones, empresas y organizaciones de la sociedad civil, como de los individuos que las conforman.
Si la crisis ambiental fuera considerada una crisis personal, actuaríamos ahora, en el poco tiempo que nos queda.