Las notorias repercusiones al medio ambiente, derivadas de las actividades humanas, son un tema de interés mundial. Incluso se han creado tratados vinculantes, los cuales se han convertido en la meta para muchos gobiernos. Por ello, anualmente se lleva a cabo la Conferencia de las Partes (COP) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, en la que se reúnen las organismos más importantes en materia ambiental. Este año, las expectativas son altas, por lo que algo que se espera de la COP27 son soluciones fuertes.
Nos encontramos en mundo que enfrenta graves problemas climáticos como el calentamiento acelerado, cuyo impacto puede llevar a 132 millones de personas a la pobreza extrema, además, estamos viviendo la pérdida del 14% de la biodiversidad e irreversibles daños al entorno. Por lo que, según explica el reporte de este año del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), la COP27 ya no representa una esperanza de mejoría sino una exigencia.
Por ello, a pocos días de que inicie esta cumbre, es importante entender por qué es importante, cuáles han sido sus logros y, sobre todo, hacia dónde deberán ir los debates en torno a las negociaciones y convenios de los gobiernos y actores participantes.
Las COPs… ¿un espacio de acuerdos sin cumplir?
Desde 1995, las conferencias de las partes —nombre que se les da a los países que participan en los consensos y negociaciones— han pretendido construir soluciones para combatir el cambio climático y las consecuencias de este. Entre sus logros más destacados están:
- La adopción del Protocolo de Kioto, en donde los signatarios se comprometieron a reducir las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI).
- Mantener el aumento de la temperatura global en menos de 2 ºC, antes de los niveles preindustriales.
- Creación del Acuerdo de París, considerado el tratado más importante en materia ambiental concebido hasta la fecha.
Este último se convirtió en la guía para el desarrollo sostenible en materia ambiental, puesto que en él se establecieron grandes objetivos, a los que se comprometieron 192 naciones y la Unión Europea. Entre los que destacan la disminución sustancial de los GEI, la revisión de los avances de cada país y ofrecer financiación a regiones en desarrollo. Puesto que son las que sufren de manera más directa las repercusiones climáticas, y se busca «fortalecer su resiliencia y mejorar su capacidad de adaptación».
Sin embargo, estas metas no están próximas a cumplirse, ya que tuvo un comienzo difícil, dado que el Acuerdo entró en vigor 5 años después de su firma. Esto debido a que se esperó a cumplir el Protocolo de Kioto, además, se le sumaron acontecimientos como la salida de los Estados Unidos del tratado, el hecho de que las emisiones no han decaído, y que las naciones no han contribuido lo suficiente.
Muestra de esto es que en 2021, solo hubo 48 nuevas contribuciones nuevas o actualizadas, de únicamente 75 países, lo que se traduce en solo el 40% de las partes y un 30% de las emisiones que deberían de reducirse. Por lo que es un aspecto que puede mejorar, según lo que se espera de la COP27.
La pandemia y la guerra, retos ambientales
El SARS-CoV-2 cambió el panorama ambiental, aunque parecía que los confinamientos y la poca actividad comercial tendrían un impacto positivo, al menos en los propósitos ambientales, esto no fue así, ya que, como lo explica la Organización de las Naciones Unidas (ONU), las emisiones de carbono aumentaron rápidamente. Asimismo, las concentraciones de GEI en la atmósfera siguieron en números récord.
Por lo que, el año pasado, la instancia afirmó que había un fuerte rezago en cuanto al Acuerdo de París, «durante este año, hemos presenciado un nuevo crecimiento de las emisiones de combustibles fósiles, el aumento constante de las concentraciones de GEI y los fenómenos meteorológicos violentos intensificados por las actividades humanas que han afectado a la salud, las vidas y los medios de subsistencia en todos los continentes».
Del mismo modo, la COP26 y su poco avance intensificó lo que se espera de la COP27, pues el año pasado varias potencias decidieron aumentar y retomar su inversión en combustibles fósiles. Si bien en la COP26 se efectuó el Acuerdo de Glasgow, en el que las partes se comprometieron a acelerar sus esfuerzos para aminorar el calentamiento del planeta, lo cierto es que esto no era lo que se tenía en mente. De último momento la COP26 decidió pasar de eliminar el carbón y los fósiles de manera progresiva a hacer una reducción progresiva.
«Permítanme decir a todos los delegados que me disculpo por cómo se ha desarrollado este proceso y lo lamento profundamente. También comprendo la profunda decepción, pero creo que, como ustedes han señalado, también es vital que protejamos ese paquete de medidas».
Alok Sharma, presidente de la COP26.
A todo lo anterior se le sumó la invasión rusa a Ucrania, conflicto que está modificando las decisiones geopolíticas y medioambientales. Dado que muchos países europeos, que han basado sus planes de descarbonización en el gas natural que provee Rusia, enfrentan escasez ante su falta de apoyo al Kremlin. Eso sin contar las consecuencias propias de la guerra, como la contaminación de recursos naturales por las acciones bélicas o la destrucción de los mismos.
«Los costos ambientales que desató la invasión rusa a Ucrania son incalculables. La guerra causará una disminución de la fauna y vida silvestre, además de la enorme emisión de gases de efecto invernadero. Esto sin contar los problemas que causará la contaminación de los cuerpos de agua y aire en la vida humana».
INFOBAE.
Entonces, ¿qué se espera de la COP27?
Con este panorama y el agridulce sabor que dejó su antecesora, las expectativas de lo que se espera de la COP27 son muy altas. Incluso las tensiones han comenzado, ejemplo de ello son los «ataques» a obras de arte en distintos países por parte del grupo ambientalista Just Stop Oil. Así como las manifestaciones en Reino Unido y la controversia que causó que Coca-Cola Company se sumará como patrocinador.
Este año, como lo reporta Sustainable Brands, lo que se espera de la COP27 es que se establezcan políticas y no solo se hagan promesas. Por lo que el sector privado deberá mirar con atención los acuerdos que nazcan de esta edición, ya que tendrá sin duda un impacto directo en el futuro ambiental del planeta. Así lo asegura su presidente, Abdel Fattah El-Sisi:
«Creo profundamente que la COP27 es una oportunidad para mostrar la unidad contra una amenaza existencial que solo podemos superar a través de la acción concertada y la implementación efectiva».
Abdel Fattah El-Sisi, presidente de la COP27.
En este sentido, la COP27 se ha impuesto los siguientes objetivos:
- Acelerar el tránsito hacia los resultados e implementaciones consideradas en los acuerdos de París y Glasgow.
- Construir una agenda ambiental de transformación, basada en la ciencia, pero que responda a las necesidades sociales y al desarrollo sostenible.
- Crear un mecanismo eficaz que apoye en cuanto a las pérdidas y daños que ocasionen los fenómenos meteorológicos.
- Facilitar recursos a las naciones en desarrollo para que logren sus objetivos climáticos.
- Garantizar una transición hacia un modelo económico bajo en emisiones y resiliente al clima.
Aunque muchas de estas metas han formado parte de las negociaciones en las cumbres pasadas, lo cierto es que la industria privada tendrá un papel fundamental en la adopción de políticas que hagan factible alcanzar lo establecido. Puesto que las actividades empresariales impactan directamente sobre el entorno. Para ello deberán contemplar sus cadenas de suministros y los pequeños proveedores, porque son claves en mitigar el impacto.
Así, con la esperanza en llegar a hacer valer las promesas, punto esencial de lo que se espera de la COP27, esta edición —que será efectuada en Sharm El Sheikh, Egipto, del 6 al 18 de noviembre— tendrá el peso de ser la que marque el inicio del fin en la lucha climática.
