Antonio Tamayo Neyra
Aunque pudiera sonar obvio, es necesario recordar que las empresas están sujetas a lo que sucede en el entorno político, pero no como sujetos pasivos, sino como agentes activos y que de alguna manera pueden influir, a veces mucho a veces poco, para bien o para mal en la sociedad. Aunque también si así lo prefieren, manejarse de manera autista pensando solamente para sí misma, protegiendo solamente los intereses de sus dueños o accionistas.
En función de esta perspectiva, la responsabilidad social toma una dimensión importante por los acontecimientos políticos que se están viendo tanto en Estados Unidos como en Europa, y que eventualmente pueden verse en cualquier otro país.
Y más todavía, que por lo antes señalado, la empresa deja de ser solamente una entidad productora de bienes y servicios, para convertirse, si es realmente socialmente responsable, en un ciudadano corporativo, el cual participa de manera activa en beneficio de la comunidad en general, inicialmente en sus grupos de interés cercanos para después, apoyar la mejoría de la sociedad en general.
Si lo anterior lo podemos dar por cierto, este ciudadano corporativo debe de servir como un contrapeso institucional a los lineamientos que no considere adecuados por los gobernantes en turno. Un ejemplo reciente de esto mencionado, fue el papel que tomaron algunas empresas en contra de la orden ejecutiva por parte del presidente norteamericano sobre la cancelación de entrada al país a ciudadanos de algunos países.
Sin entrar en la polémica de lo justo o no de tal orden ejecutiva, es claramente observable la responsabilidad social de dichas empresas de no quedarse al margen o indiferentes ante tal medida.
Es importante señalar que la importancia de su papel en esta situación, no debe considerarse solamente de acuerdo al tamaño de sus intereses económicos, sino sencillamente por ser actores sociales, y que como tales están siendo responsables y reaccionado ante un hecho con el cual no están de acuerdo.
Están actuando política, o más bien cívicamente, al participar de manera activa en una situación en la cual está involucrada toda la sociedad.
Sea cual sea el resultado de este litigio en cual se encuentran los estadounidenses, está sirviendo de ejemplo esta situación para el resto del mundo, y por lo tanto muy posiblemente empecemos a ver en diversas latitudes una actividad social más intensa de todo o parte del sector empresarial en todo el mundo, de diferentes modos o tonalidades.
Alguien puede decir que están actuando en función de sus intereses y eso es válido; pero también hay que decir que dichos intereses se están alineando con los intereses de la sociedad y en esa forma están creando un frente común; creo, sin ser experto en historia, que son pocas las veces que podemos ser testigos de fenómenos de este tipo.
En suma, el aumento de ciudadanos corporativos en cualquier país, será benéfico para cualquier sociedad, siendo un real contrapeso para cualquier gobierno sin importar su ideología.
Seguiremos platicando …
Antonio Rey Tamayo Neyra
Dedicado al periodismo de investigación desde 1987 especializado en temas socioeconómicos. Desde 1991 colabora en el periódico El Financiero como Coordinador Editorial y Redactor de Proyectos Especiales, además de colaborar en otros medios. Desde el 2002 involucrado en la Responsabilidad Social, escribiendo y realizando proyectos editoriales de este tema, y además documentando las actividades de las empresas (tipo caso) También es profesor de posgrado e imparte capacitación en relacionales laborales. Licenciado en Administración por el Instituto Tecnológico Autónomo de México; su preparación profesional posterior incluye un Diplomado en Responsabilidad Social en el Tecnológico de Monterrey, y un Curso del mismo tema en la Universidad Abierta de Cataluña. Actualmente estudia la Maestría en Sociedad de la Información y el Conocimiento en la Universidad Abierta de Cataluña.