Por Corinna Acosta
Algunos pensarían que en pleno siglo XXI la equidad de género en el ámbito laboral es un tema resuelto, pero ésta es una afirmación que continúa distando mucho de la realidad de nuestro país. La igualdad de condiciones laborales es para muchas mexicanas una ilusión que aún requiere mucho trabajo para materializarse.
De acuerdo con la Subsecretaría de Empleo y Productividad Laboral (STPS), el año pasado el 38% de la población económicamente activa estaba conformado por mujeres, estas cifras representan un crecimiento de apenas 3% en los últimos 12 años. Esto sin contar el 12% promedio de la brecha salarial que deja el sueldo de la mujer muy por debajo del que recibe un hombre en puestos similares de acuerdo con el INEGI.
Por otro lado, sólo el 2.5% de las mujeres que trabajan en México son empleadoras, un número realmente bajo comparado con el 31.9% que trabaja como comerciante, el 23.5% que lo hace de forma independiente, el 44.1% que no tiene un contrato y el alarmante 44.7% de las trabajadoras que no cuenta con servicios de salud.
Las cifras oficiales, contrastan con la percepción masculina reflejada en un estudio de OCCMundial en 2012 en el que el 54% de los hombres consideró que no existe desigualdad de género en las condiciones laborales y el 62.5% señaló que las mujeres reciben mayor cantidad de permisos por parte de las empresas.
En este mismo estudio, el 80% de las mujeres percibe diferencias de género en el ambiente laboral, número que creció un 11% en comparación con el estudio realizado en 2008.
En términos de equidad el ámbito laboral no lo es todo, aún hoy el 96% de las trabajadoras mexicanas divide su tiempo entre el trabajo y las actividades domésticas, estadística que de forma nada sutil nos presenta una realidad en la que las mujeres pueden trabajar, pero las labores del hogar continúan siendo exclusivas de su género. A pesar de ello, continúa siendo difícil para ellas encontrar esquemas de trabajo que faciliten la compatibilidad de su labor profesional con sus actividades maternales y domésticas.
La inclusión de la mujer en al ámbito laboral y la equidad, es un tema en el que México ha crecido a pasos pequeños. La concentración femenina en algunos sectores económicos y su exclusión en otros responde en gran medida a factores culturales arraigados, pero también a la falta de atención ante un problema que algunas veces creemos resuelto. No obstante, la importancia de dimensionar sus alcances es alta, empresas como Cemex, Microsoft o IBM y muchas más, han realizado esfuerzos importantes en materia de equidad que sin duda sirven de ejemplo y deben ser replicados en todo el país.
Justo por estas cifras vs la información que algunas empresas difunden, es que creo necesario averiguar «qué entienden las empresas en México, por equidad de género» es un estudio que me gustaría mucho desarrollar desde la OSC en la que laboro: http://www.semillas.org.mx si alguien quiere sumarse, ¡bienvenido/a!
Saludos,