La falta de regulación gubernamental ha obligado a que sea el sector privado, en conjunto con las organizaciones civiles, el que hayan creado mecanismos que permitan reducir el impacto ambiental que tiene la explotación de materias primas. A través de iniciativas como las round tables, distintos actores del comercio mundial buscan crear estándares de sostenibilidad a lo largo de su cadena de valor y con ello evitar la degradación de los ecosistemas.
La expansión agrícola, consecuencia del aumento de la población y el consumo, ha generado un impacto considerable en el ambiente y las personas. Deforestación, degradación del suelo, pérdida de biodiversidad y conflictos sociales son solo algunos de sus efectos. Finalmente, dicha expansión ha reducido la habilidad de los ecosistemas para almacenar y secuestrar carbono, convirtiendo a este sector en uno de los principales emisores de carbono y un actor fundamental detrás del cambio climático a nivel global.
A pesar de la importancia que tiene el sector agrícola para el ambiente y para el desarrollo de las economías, las medidas públicas en esta materia aún resultan ineficientes para poder regular el impacto. En consecuencia, estructuras de gobernanza privada han surgido como un mecanismo que permite considerar las externalidades ambientales que las actividades primarias generan. Concretamente a partir de las mesas redondas de trabajo, grandes corporaciones y organizaciones ambientales y sociales han logrado crear estándares que permitan certificar que los ecosistemas fueron manejados sosteniblemente.
Las round tables surgen como una propuesta de la división de Transformación de Mercado de la organización World Wild Fund for Nature (WWF) que busca fomentar el diálogo entre distintos sectores industriales, organizaciones civiles y ambientales e investigadores y científicos a fin de encontrar puntos de acuerdo en el manejo de las cadenas de suministro desde la extracción de las materias primas hasta la distribución de los productos.
Estas mesas de trabajo están enfocadas en 15 materias primas que de acuerdo con Jason Clay, vicepresidente de Transformación de Mercado de la WWF, son responsables de la mayor parte del impacto ambiental que tiene la agricultura. Dichas materias primas son: aceite de palma, algodón, biocombustibles, azúcar de caña, papel, madera, leche, carne, soya, aceite de pescado, salmón de granja, camarón de granja, atún, camarón tropical y pescado blanco.
De estas materias primas, alrededor del 70% se encuentra bajo el control de un grupo limitado de entre 300 a 500 empresas. El objetivo principal de la iniciativa es comprometer a las 100 compañías más influyentes quienes controlan aproximadamente el 25% del comercio de estos productos.
Esto representa un arduo trabajo en el cual debe estar siempre presente, el diálogo, la colaboración y una visión de largo plazo. Un caso es el de la mesa redonda de trabajo para el salmón la cual fue establecida hace 12 años y que en un principio contaba con 8 participantes. A pesar de ser de las mesas más antiguas, para lograr un primer acuerdo entre los 8 participantes tuvieron que pasar más de 6 años y esperar que se resolvieron disputas legales entre 3 de las empresas miembros de la mesa. Eventualmente lograron sentar a la mesa al 60% de la producción y el 25% de la demanda mundial de dicho producto y publicaron estándares globales verificados y certificados para la acuicultura del salmón.
A diferencia de las certificaciones orgánicas y los sellos de mercado justo, quienes se enfocan en nichos de mercado premium, las mesas de trabajo se han establecido como las plataformas principales diseñadas para cambiar la industria entera hacia prácticas globales más sostenibles. El reto de los próximos años será incorporar a más actores de distintos países a estas mesas de trabajo a fin de garantizar un crecimiento sostenible.
SUSTENTUS concentra sus esfuerzos en el área de sostenibilidad, por medio de estudios orientados hacia la gran empresa y el emprendimiento social, propiciando la vinculación entre la academia, la iniciativa privada, y las organizaciones de la sociedad civil para el desarrollo de proyectos conjuntos.
El centro pertenece a EGADE Business School sede Monterrey, y es dirigido actualmente por su fundador el Dr. Gerardo Lozano Fernández, quien ha estudiado la sostenibilidad empresarial desde el año 1999.En esta columna encontrará casos sobre empresas y OSC que han generado un desarrollo sostenible en diversos países de Latinoamérica. Además encontrará diversos análisis y opinión sobre las tendencias y prospectiva de la sostenibilidad empresarial a nivel internacional.