Existe una tendencia de las grandes ciudades por volverse inteligentes al implementar técnicas y sistemas innovadores en edificios, medios de movilidad, infraestructura urbana, entre otros. Sin embargo, no todo radica en la tecnología; la participación e intervención ciudadana es fundamental.
¿Alguna vez habías oído hablar del concepto sharing cities? De acuerdo con el portal Smart Cities, se trata de la colaboración ciudadana en diversos aspectos urbanos con el objetivo de hacer más eficientes los servicios públicos. Además, las ciudades que buscan el share “deben de compartir el poder y la autoridad con sus habitantes.”
Al existir un compromiso cívico por parte de los ciudadanos, estos se involucran y se interesan tanto en las decisiones públicas como en los resultados. De esta manera la dinámica social fluye de manera armónica.
El sharing contribuye a reconstruir el capital social, fortalece el vínculo con la comunidad y permite adecuar las normas públicas y los valores. “Cuando se trata de una crisis, este potencial para cambiar los valores es una de las razones fundamentales por las que el sharing es tan interesante.”
Existen iniciativas que forman parte del sharing, la cuales cada vez se popularizan más; entre estas podemos encontrar las bicicletas comunitarias, los autos compartidos, la reutilización de edificios o escuelas cuando no se están utilizando para la impartición de talleres o exposiciones, el aprovechamiento de espacios vacíos, las casas habitación compartidas o vacacionales, entre muchas otras.
El principal objetivo de una ciudad que busca compartir es aumentar los ingresos, reducir el consumo innecesario, crear empleo, fortalecer las relaciones entre las personas y hacer frente a los retos ambientales.
Lo principal para desarrollar sharing cities es enfocarse en los deseos y necesidades de las personas, esto se puede complementar con tecnología para facilitar el proceso, siempre buscando el bienestar común, la participación y colaboración para lograr objetivos más ambiciosos.
De acuerdo con Carolina Ruggero, en su texto Sharing Cities. Ciudades con sentido común, “una ciudad que mira al futuro tendrá más posibilidades de generar riqueza, de atraer talento y de hacer de la creatividad su marca.”