La ciudad suave, que es el polo opuesto de la dura y urbana rutina, es aquella que apoya las relaciones entre las personas y los lugares que las rodean.
Esto es lo que significa ciudades suaves
Imagina estar en tu casa, ¿qué hay justo afuera de la puerta y a 10 minutos a pie? ¿Puedes llegar a una tienda de comestibles o cafetería caminando o es necesario conducir? ¿Existen espacios compartidos cerca como un parque o patio en donde puedes convivir con personas que viven alrededor?
Esta lista podría ser mucho más larga, pero estas preguntas son solo una muestra de los cuestionamientos que preocupan a David Sim, director creativo y socio de Gehl.
Con sede en Copenhague, Gehl ha sido pionera en la idea del diseño urbano centrada en el ser humano.
Un libro sobre ciudades suaves
En lugar de considerar a las ciudades como una colección de edificios y desarrollos impresionantes, los diseñadores como Sim piensan en ellas como una serie de relaciones: entre personas y lugares, personas y planeta, y personas y otras personas.
El punto de partida no es una gran idea urbana arquitectónica: se trata de ser un pequeño ser humano, y cómo puedes conectarlo con tantas experiencias como sea posible, dijo.
Según Sim, las buenas ciudades hacen posibles estas conexiones. Pueden verse diferentes y existir en distintos contextos, pero comparten una cualidad general y esencial: «suavidad«, un marcado contraste con la retórica de «dureza» que a menudo se aplica a la vida urbana.
En su nuevo libro, llamado Soft City (2019) Sim profundiza en esta idea de suavidad en el contexto urbano, lo que significa y cómo se ve.
Imagínate despertar y moverte en la ciudad sabiendo que llegarás a donde necesitas ir de manera rápida y eficiente.
Soft City tiene que ver con la facilidad y la comodidad, donde la densidad tiene una dimensión humana; se adapta a nuestras necesidades siempre cambiantes, fomenta las relaciones y acomoda los placeres de la vida cotidiana.
En Soft City, Sim, muestra cómo esto es posible, presentando ideas y ejemplos gráficos de todo el mundo.
Se basa en su experiencia en diseño para defender un entorno construido denso y diverso a escala humana, que presenta a través de una serie de observaciones de lugares antiguos y nuevos, y una gama de fenómenos construidos simples, algunas tradicionales y otras totalmente nuevas.
Sim muestra que aumentar la densidad no es suficiente. La ciudad suave debe considerar la organización y el diseño del entorno construido para un movimiento y comodidad más fluidos, una diversidad de tipos de edificios y un diseño atento para garantizar un entorno urbano sostenible.
Soft City comienza con las grandes ideas de felicidad y calidad de vida, y luego muestra cómo están vinculadas nuestro estilo de vida. Sim enseña cómo lograr que cualquier ciudad sea más eficiente, más habitable y mejor conectada con el medio ambiente.
La forma más fácil de pensar en ciudades suaves es considerar la idea de los límites que sientes al moverte por la ciudad y cómo pueden comenzar a reducirse.
Durante décadas, gran parte de la planificación urbana se ha centrado en idear formas de reorganizar la actividad humana en silos distintos, separar a las personas y las cosas y, al hacerlo, reducir el riesgo de conflicto, escribió Sim.
«En cambio, me gustaría centrarme en cómo los aspectos potencialmente conflictivos de la existencia cotidiana se pueden unir y conectar para brindar calidad de vida».
Una forma de hacerlo, destaca Sim, es crear lo que llama edificios «en capas».
En gran parte de los Estados Unidos, los edificios están diseñados para un único propósito. Hay edificios de apartamentos, de oficinas y comerciales. Una analogía apropiada aquí es el plato de comida.
Digamos que tienes un plato de carne, algunas verduras y pasta en el mismo plato. Puedes mantenerlos separados y asegurarte de que no se toquen entre sí y de esa manera consumir tres cosas distintas. O puedes dejar que se mezclen y experimentarlos como una comida completa. Un edificio «en capas» es la versión arquitectónica de este último.
Ejemplo de ciudad suave
En Soft City, Sim cita el edificio Spektrum en Gotemburgo, Suecia; tiene boliche en el sótano, un restaurante, tiendas en la planta baja, escuela en algunos de los pisos intermedios, espacios de coworking y oficinas repartidas por todo el lugar.
Para alguien acostumbrado a que estos servicios se alojen en estructuras distintas puede parecer desorganizado o aleatorio, pero Sim ilustra cuán altamente funcional es y cómo fomenta la construcción de relaciones entre generaciones y contextos.
Se trata de densidad y diversidad, dijo Sim. La densidad por sí sola no es interesante.
En otras palabras: no es suficiente que las ciudades contengan muchos edificios juntos, lo que los hace funcionar es si los edificios mismos admiten una multitud de recursos e interacciones.
Los beneficios de adoptar un enfoque en capas para el diseño de edificios, y la planificación urbana en general, es que también reduce la cantidad de viajes en coches que realizan los habitantes.
Si los recursos se agrupan de manera que una persona que sale de su hogar pueda acceder a todo lo que necesita caminando, montando bicicleta o tomando el transporte público, libera espacio para que las calles también estén «en capas».
Copenhague se ha hecho especialmente famoso por crear espacios dedicados para el ciclismo en sus calles.
Más allá de los beneficios ambientales de hacerlo, según Sim, permitir el transporte a pie o en bicicleta también ayuda a las economías locales, ya que las personas que no se limitan a un carro tienen más capacidad y es probable que hagan paradas en el camino.
Mientras pasas en bicicleta por la panadería en la mañana y hueles pasteles recién horneados, puedes, de improviso, decidir saltar de tu bicicleta y tomar un desayuno para ti y tus compañeros camino al trabajo, escribió Sim.
Ese es un ejemplo de «suavidad»: cómo un viaje puede combinarse en una parada en la panadería y en una experiencia social.
Las intervenciones de diseño que pueden apoyar la suavidad y la relajación de los límites en una ciudad son numerosas, y se pueden agregar a las ciudades, con un costo generalmente bajo y sin la necesidad de tecnología avanzada, explicó Sim.
La creación de múltiples entradas a un edificio, de acuerdo a Sim, perfora el límite entre el paisaje urbano y lo que sucede dentro de los edificios para que la experiencia vivida de una persona, se convierta en una en la que toda la ciudad se sienta más accesible y conectada, y mucho más suave.
«El barrio se basa en las relaciones», según Sim. “¿Qué tan rápido puedes salir a tu patio y a tu calle? ¿Qué tan conectado estás con tu lugar y con otras personas en él?»
¿Qué te parecen las ciudades suaves? Te leemos en los comentarios.