Por Kenya Giovanini
La rutina, el estrés e incluso la calidad de los productos que consumimos, muchas veces, nos hace querer escapar a un lugar donde se pueda vivir tranquilamente, trabajar, cosechar y comer de tus propios alimentos, respirar aire puro y convivir con la naturaleza, aunque suena a cliché, el empresario Steve Nygren creó un lugar donde todas estas fantasías se vuelven realidad.
Nygren decidió retirarse a los 70 años mientras planeaba realizar una cadena de restaurantes, así que vendió su casa ubicada en Atlanta y compró una granja. Al percatarse que una excavadora derrumbaría más de 20 acres prefirió invertir en todas esas áreas que serían afectadas por una inmobiliaria y puso en marcha un proyecto más ambicioso que aprovecharía estos espacios de una manera más sustentable; una subdivisión urbana que protegiera la vida rural.
«Vi cómo nuestra conexión con la naturaleza cambió. Cambió mis juicios de valor sobre lo que es importante”, comentó Steve.
Y en conjunto con su esposa Marie, fundaron Serenbe, una comunidad con más de 400 residentes. Este lugar de ensueño ha ganado diversos premios incluyendo el Urban Land Institute Inaugural Sustainability.
Cada una de las aldeas ubicadas cuenta con un centro comercial y no como los que solemos visitar. En estos espacios recreativos suelen realizar espectáculos, galerías de arte y conciertos al aire libre además de que fomentan el comercio local.
En la aldea Grange, se ubica una granja de 25 acres donde los agricultores cosechan los alimentos que posteriormente venderán en el mercado.
Los restaurantes y cafeterías ofrecen productos orgánicos y las personas que habitan en este lugar cuentan con su propio huerto, así que no tienen que preocuparse por la calidad de sus alimentos.
A través de prácticas responsables esta comunidad busca trabajar y preservar la tierra, conectar a sus habitantes de manera pacífica y fomentar una sana convivencia que además de unir lazos, incentive a las personas a compartir sus conocimientos con la comunidad. En el Nygren Placemaking los emprendedores de la comunidad pueden desarrollar proyectos que beneficien a los habitantes, a los animales y a la naturaleza.
Serenbe logró que las personas se adapten a un sistema donde la naturaleza es el elemento más importante. Este enfoque permite la conservación y aprovechamiento del agua y la energía.
El diseño de las casas en Serenbe permite aprovechar al máximo los recursos; dentro las instalaciones hay gimnasios, zonas para acampar,ciclovías, entre otras cosas. Las aldeas fueron construidas a lo largo y en forma serpentina, este método permite a la comunidad reservar grandes áreas verdes sin desarrollar.
“Nos ahorramos energía, con herramientas geotérmicas y solares. Nosotros conservamos el agua como un paisaje natural y el tratamiento de nuestras aguas residuales también ayuda al riego. Valoramos la naturaleza, a nuestros hijos y nuestro futuro”, agregaron Steve y Marie.
La comunidad está rodeada de un bosque protegido lleno de acres y prados, millas de senderos naturales que conectan con los hogares y comercios. La planificación arquitectónica de este lugar establece un nuevo estilo de vida, ya sea que decidas pasar el resto de tus días aquí o solo venir a descansar.
Dicen que si quieres cambiar el mundo, debes comenzar en tu patio trasero. Si esto es cierto, Serenbe es un gran ejemplo. ¡Necesitamos crear más comunidades así y cambiar nuestra forma de pensar y de vivir!
