Por: Antonio Tamayo Neyra
Es un hecho indudable que la empresa, entidad creada y desarrollada por el ser humano, se ha convertido en esta época ya en un sujeto con vida propia y pareciera que se mueve por y para sí misma.
Esta entidad que legalmente tiene la categoría moral, se le dice que tiene derechos y obligaciones, además de premiársele o castigársele legal o socialmente.
Haciendo algo de historia, es claro ver que al menos en las pasadas cinco décadas la empresa se ha hecho cada vez más independiente de su creador, y para ciertos grupos sociales ha tomado un cariz inclusive hasta de índole religiosa, a quien hay que cuidar y rendirle pleitesía.
En otras palabras, el personal está para servir a la empresa y no al revés como debiera ser.
Esta autonomía aunque artificial, se ha desarrollado a tal grado que se le pide que sea socialmente responsable, es decir que tenga un comportamiento igual o semejante a su creador.
Pero la realidad es que la empresa no es autónoma ni nace, ni se reproduce por sí misma, y es más bien un conjunto organizado de personas que laboran en conjunto con un propósito determinado.
Además hay que tener presente también, que es manejada y dirigida por personas, que estas si son reales y con las características propias de los seres humanos.
Todo esto mencionado aunque pareciera banal o redundante, lo hago por la forma en que considero se ha manejado el caso de los sobornos de WalMart en México.
Se habla de WalMart y de lo que hizo como si actuara como una persona, y se le piden cuentas como si fuera una persona, y si bien es una persona moral en términos jurídicos, valdría preguntarse si todos los miembros de la organización, tanto su personal como sus accionistas ¿conocían y aceptarían los sobornos que se le imputan?
Sin tener la respuesta a la pregunta planteada, en este punto quiero traer a cuenta la de alguna forma polémica que se gestó hace unas semanas en cuanto a la Responsabilidad Social Individual.
Me atrevo a decir que si los sobornos mencionados son ciertos, esto es una falta de responsabilidad social de quienes lo hicieron y los autorizaron, y que si ellos tienen elevados niveles jerárquicos, de alguna manera están generando y cultivando una forma de corrupción dentro de la comunidad de personas en la organización y la están trasminando a la sociedad en general.
Además hay algo que no he visto en la información hasta ahora publicada; ¿fueron los sobornos pedidos u ofrecidos? Y si fueron pedidos, quienes así lo hicieron. ¿No deben ser también penalizados?
Estos funcionaron públicos que recibieron los sobornos son también seres humanos, personas que faltaron a su Responsabilidad Social, y que en ellos su falta puede eventualmente calificarse de mayor por ser precisamente funcionarios públicos.
Termino haciendo otra pregunta en relación a sabe en donde recae la responsabilidad. ¿el arma que dispara a alguien es responsable por la acción, o bien de la persona que utilizó dicha arma?
Seguiremos platicando ….
Blog: http://atamayon.blogspot.com
Antonio Rey Tamayo Neyra
Dedicado al periodismo de investigación desde 1987 especializado en temas socioeconómicos. Desde 1991 colabora en el periódico El Financiero como Coordinador Editorial y Redactor de Proyectos Especiales, además de colaborar en otros medios. Desde el 2002 involucrado en la Responsabilidad Social, escribiendo y realizando proyectos editoriales de este tema, y además documentando las actividades de las empresas (tipo caso)
También es profesor de posgrado e imparte capacitación en relacionales laborales.
Licenciado en Administración por el Instituto Tecnológico Autónomo de México; su preparación profesional posterior incluye un Diplomado en Responsabilidad Social en el Tecnológico de Monterrey, y un Curso del mismo tema en la Universidad Abierta de Cataluña. Actualmente estudia la Maestría en Sociedad de la Información y el Conocimiento en la Universidad Abierta de Cataluña.