A medida que las empresas han descubierto la importancia de la felicidad para impulsar la productividad de sus colaboradores, el reconocimiento constante para quienes realizan con éxito determinadas tareas ha ganado terreno rápidamente dentro de las organizaciones, generando a su vez un ambiente mucho más competitivo.
Dentro de esta dinámica surgen dos tipos de colaboradores: quienes se encuentran en una constante búsqueda de reconocimiento y se ajustan a las normas y procesos preexistentes dentro de la organización, y quienes mantienen un bajo perfil a fin de realizar sus tareas de forma mucho más libre e innovadora. Este último grupo es de el los trabajadores invisibles.
Los empleados invisibles funcionan como líderes ocultos con un alto nivel de compromiso con la empresa en la que colaboran y el desarrollo y perfeccionamiento de sus actividades tanto a nivel individual como colaborativo, por lo que no buscan un reconocimiento personalizado y con frecuencia realizan tareas que pueden pasar desapercibidas pero añaden gran valor al producto final.
En entrevista con Expansión, el especialista David Zweig asegura que el cuidado de los detalles que estos líderes ocultos ponen en cada una de las tareas que realizan, se vuelve determinante para que todo marche a la perfección dentro de la organización, por lo que las empresas que logran identificarlos y apoyarse en ellos tienen más probabilidades de alcanzar el éxito.
Los líderes invisibles están más apasionados con el proceso que con el producto final, por lo que suelen poner mucha atención a los detalles y sentirse honrados cuando se les confía una mayor responsabilidad. Además, el no sentir la necesidad constante de reconocimiento les permite sentirse mucho más libres para arriesgarse a innovar y buscar mejores caminos para llegar a la meta.
