A veces, y por más que intentemos contenerlas, no podemos evitar que unas cuantas lágrimas se salgan de nuestros ojos, justo cuando nos encontramos en los sitios menos privados, como en la oficina. Sin embargo, llorar en el trabajo está bien y debe tener un estigma menos negativo.
¿De verdad?, ¿llorar en el trabajo está bien?
Antes de abordar el tema, debes de saber que el llanto es un sentimiento y acción del ser humano y se da como reacción a los diversos estados emocionales que podemos experimentar.
A pesar de que es una reacción sumamente natural, nosotros nos hemos encargado de estigmatizar el llanto como algo negativo e incluso humillante pero la realidad es que llorar no tiene nada de malo e incluso es bueno para nuestra salud.
Jeneva Patterson, miembro de la facultad en el Centro de Liderazgo Creativo en Bruselas, compartió que en una ocasión se encontraba bajo tanta presión y nerviosismo que justo al presentar sus números trimestrales, no pude contenerse y comenzó al llorar.
¡Deja de culparte! ¡Llorar en la oficina está bien!
Sus colaboradores, al notar esta reacción, solo le ofrecieron pañuelos y llevarla al baño para ocultar que estaba llorando y que su jefe no se diera cuenta. Sin embargo, él terminó por percatarse de la situación y decidió terminar la junta de mal modo y ella se quedó sola en la habitación con las cajas de papel en la mano.
Patterson comentó que para las mujeres, llorar en un entorno profesional, a menudo se considera como el beso de la muerte e incluso se torna humillante. Sobre todo cuando se tiene un jefe en lugar de un líder y cuando se labora en un lugar en donde la responsabilidad social, todavía no tiene lugar.
¿Llorar o no llorar?, ¿quién llora más?
Para hallar la respuesta, primero se debe comprender que el llanto es algo natural, y que de acuerdo con el libro: Crying: A Natural and Cultural History of Tears, de Tom Lutz, las lágrimas ayudan a enjuagar los ojos y a evitar que nuestras córneas se sequen, mientras que las emocionales se derraman tanto de los estados sentimentales positivos como negativos.
Según la Sociedad Alemana de Oftalmología, la mujer promedio llora lágrimas por causas emocionales entre 30 y 64 veces al año, y el hombre promedio, entre 6 y 17 veces al año. Además los hombres tienden a llorar entre dos y cuatro minutos, y las mujeres lloran durante unos seis minutos.
Estos resultados y el hecho de que la mayoría de las empresas son lideradas casi en su totalidad por hombres, han fomentado que el llanto de una mujer sea tachado como un comportamiento indebido, mientras que el del hombre incluso puede recibir un reconocimiento.
Jeneva Patterson, señala que cuando una mujer llora, pierde casi en automático, el respeto por parte de sus jefes e incluso puede poner en riesgo su trabajo. En cambio, si un hombre llora, incluso es apoyado con días de descanso, terapia y otros incentivos, además de que reconocen su valentía.
¿Cómo abordar esta situación en tu compañía?
Afortunadamente, la cultura corporativa esta cambiando para muchas compañías que han decidido aceptar el compromiso responsable a nivel interno y externo, y que además, están ayudando a romper los estigmas, como señalar que llorar en el trabajo está bien.
Las empresas deben comenzar por romper sus propios prejuicios y ver el llanto como algo normal y natural del ser humano. Por otro lado, los líderes y encargados de las compañías deben mostrar más vulnerabilidad, romper con sus estereotipos e impulsar la equidad de género incluso en el llanto.
“Los líderes deben recibir capacitación sobre inteligencia emocional y cómo normalizar el llanto como otra forma de expresión emocional”, señaló.
Tanto los líderes como los colaboradores deben empezar a integrar la inteligencia emocional como parte de la responsabilidad de la empresa, ya que este término es sumamente importante para desarrollar un ambiente laboral inclusivo, respetuoso y equitativo.
¿Cómo reaccionar si alguien de tu equipo llora?
Puedes comenzar por reconocer abiertamente que el llanto es un proceso natural y autónomo.
También puedes compartir alguna situación en la que te hayas sentido vulnerable y cómo lo abordaste. Compartir este tipo de experiencias no solo fortalece el vínculo que existe con tu equipo de trabajo, sino que aumenta el nivel de confianza.
¿Qué puedes hacer tú?
Al igual que las empresas, los colaboradores deben comenzar a romper sus prejuicios y dejar de ver el llanto como algo humillante y vergonzoso.
“En mi caso, le dije al grupo: «como pueden ver, cuando realmente me apasiona algo, lloro. Lloro cuando estoy estresada, o en conflicto, y también cuando estoy satisfecha, agregó”.
Así que la próxima vez que sientas ganas de llorar o que se te escapen las lágrimas, no salgas corriendo de la habitación, trata de hablar las cosas y encontrar en este sentimiento un impulso para reír y salir adelante.