El mercado de medicamentos para la disfunción eréctil asciende en México a cerca de 185 millones de dólares. Crece a una tasa de alrededor de 70%, en línea con el número de personas que lo manifiestan y que fácilmente llega a seis millones.
No hace mucho el Instituto Mexicano del Seguro Social, dirigido por Daniel Karam, reconoció el padecimiento como un problema de salud pública, de ahí que las medicinas para combatirlo fueran incorporadas en el cuadro básico de ese organismo.
En el caso del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, de Jesús Villalobos, también se incluyó en su catálogo, pero con la salvedad de que la receta tiene que ir prescrita por un urólogo y no por el médico general, que es el de primer contacto.
Hoy en día el líder indiscutible en el país para afrontar este mal que afecta a los hombres de entre 40 y 70 años es Cialis, cuyas ventas ya llegaron a los cien millones de dólares. El producto es de Eli Lilly, que preside aquí Carlos Baños, que lo introdujo en septiembre de 2003. Desplazó a partir de 2006 a Pfizer, que encabeza Francisco Rodríguez, y que llegó a México a finales de 1999. Su famosísimo Viagra acaparó el mercado unos cinco años. Hoy sus ventas ascienden a aproximadamente 48 millones de dólares.
Todo viene a cuento porque el juez décimo de distrito en Materia Administrativa, David Cortés, debe resolver esta semana si otorga una suspensión definitiva a Pfizer para impedir que terceros elaboren el genérico del Viagra, cuya sustancia activa es el Sildenafil. Y es que la patente para primera indicación venció apenas el 19 de julio pasado, por lo cual unos 25 laboratorios manifestaron a la Comisión Federal de Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), que preside Mikel Arriola, su deseo de que sea liberado para comercializarlo.
Sin embargo, el organismo no ha accedido a esas peticiones, quizás para salvaguardar los intereses de la multinacional estadunidense. Lo que pasa es que nadie cree que los terceros vayan a explotarlo para problemas relacionados con la hipertensión pulmonar, que es la primera indicación.
La patente de la segunda indicación, la que tiene que ver propiamente con la disfunción eréctil, todavía está vigente hasta junio de 2014. Fue en ese contexto que Pfizer demandó la protección del juez que hace un par de semanas le otorgó la suspensión temporal.
El asunto no es cosa menor, toda vez que de proceder la liberación de la primera de las dos patentes se abriría la puerta a otros medicamentos que están en una circunstancia parecida. El caso del Viagra es muy representativo. Está en juego la política de promoción de genéricos.
El producto de Pfizer en cuestión es el cuarto medicamento más vendido en el país, sólo desplazado por el mismo Cialis de Eli Lilly, el Asenlix de Sanofi-Aventis que comanda Bertrand Baron y el Dolo-Neurobion de Merck que capitanea Rogelio Ambrosi.
Habrá que ver pues cuál es la resolución que adopta el Poder Judicial.
Firman decreto
Hoy en Los Pinos Felipe Calderón firmará el Decreto que modifica el Reglamento de Insumos para la Salud con el que se dará viabilidad a los biocomparables. Se trata de la nueva generación de medicamentos cuya ley fue objeto hace un par de años de forcejeos entre la AMIIF de Sergio Duplan y la ANAFAM de Dagoberto Cortés. El documento debió publicarse a principios de 2010 pero el proceso lo concluyó en mayo de 2011 la Cofemer. Se espera que mantenga el equilibrio de intereses entre farmacéuticas innovadoras y de genéricos y sobre todo una amplia discrecionalidad de la Cofepris en el requerimiento de estudios clínicos.
Fuente: Excélsior.com.mx
Por: Darío Celis.
Publicada: 18 de octubre de 2011.
