¿Se ha preguntado a dónde va la batería de su auto cuando compra una nueva? No, no se va a la basura.
En México, empresas como Johnson Controls, el fabricante de las baterías LTH, tienen centros de reciclaje de baterías usadas para fabricar las nuevas.
Este año, la empresa invirtió 135 millones de dólares en la construcción de una nueva planta de reciclaje en García, Nuevo León y destinará otros 70 millones de dólares en la modernización del centro de reciclaje de baterías en Ciénega de Flores, también en Nuevo León.
Johnson Controls explicó que el reciclaje de baterías les permite ser menos susceptibles a la fluctuación de los precios de commodities en el mercado, ya que aprovechan la mayoría de los materiales.
La inversión para la remodelación del centro de reciclaje en Ciénega incluye la adquisición de nueva tecnología para romper baterías, hornos rotatorios de mayor capacidad y tecnologías de control ambiental.
«Este proyecto de mejora generará 718 empleos indirectos temporales durante su ejecución», indicó la empresa.
El proceso de reciclaje de una batería comienza cuando el consumidor adquiere una, pues necesita deshacerse de la vieja.
«Nuestros distribuidores están certificados por las autoridades para manejar las baterías usadas, están vinculados al Plan de Manejo de Materiales Peligrosos de Johnson Controls, el único aprobado por las autoridades», destacó.
Fuente: Reforma.com
Por: Sara Cantera
Publicada: 28 de septiembre de 2011.
