Una de las pocas cosas en las que la mayoría de las y los estadounidenses están de acuerdo es en el reciclaje. Es una acción popular entre los demócratas, los republicanos, los fanáticos del libre mercado y los defensores del medio ambiente por igual, según muestran los datos constantemente.
Esto tiene cierto sentido intuitivo, ya que el reciclaje tiene beneficios bien documentados para el planeta y puede reducir las emisiones de carbono. Sin embargo, Beth Porter, autora de Reuse, Reimagine: Sorting Out the Recycling System, señala que reciclar no es tan sostenible en comparación con otras acciones de mayor impacto y prioridad, de acuerdo con The Atlantic.
¿Reciclar tiene o no tiene valor para el planeta?
Reciclar sí tiene valor. Es uno de los actos más amigables con el clima que las personas pueden emprender y reduce la extracción de materiales nuevos. “Cada vez que usa recursos renovables o recursos secundarios, se emite menos carbono que si usa recursos primarios”, señaló Adam Minter, autor del libro Junkyard Planet: Travels in the Billion-Dollar Trash Trade.
Project Drawdown, un organización sin fines de lucro que revisa soluciones climáticas, incluye el reciclaje en sus recomendaciones para controlar las emisiones. Pero, cuando el grupo analizó más de 80 medios separados que podrían ayudar a evitar que el mundo supere el umbral, citado con frecuencia, de 1.5 o 2 °C de calentamiento, las contribuciones proyectadas de la industria del reciclaje cayeron por debajo de la media, detrás de la energía geotérmica, la aviación eficiente, la protección forestal y decenas de acciones más. Para que el reciclaje realmente tenga un impacto, debe ser más efectivo.
Reciclar no es tan sostenible
Al respecto, la Agencia de Protección Ambiental en EE. UU. (EPA) reportó en 2018 que, de casi 300 millones de toneladas de desechos generados durante ese año, solo 69 millones fueron recicladas.
El papel y el cartón se encuentran entre los materiales más reciclados, mientras que el vidrio se ha estancado en alrededor del 25%. Además, las tasas de reciclaje de plásticos se mantienen por debajo del 10%, a pesar de ser una de los mayores problemas ambientales que enfrenta el mundo.
Si bien, es posible que las personas deseen reciclar, una afluencia constante de materiales nuevos y difíciles de manejar en el flujo de desechos plantea problemas continuos. Por ello, reciclar no es tan sostenible.
Lo anterior puede verse agravado por la brecha hacia la sostenibiidad y la estandarización. Los programas de reciclaje difieren enormemente, y las personas a menudo están tan poco entusiasmadas con el reciclaje que tiran los artículos a la basura sin verificar que, de hecho, puedan reciclarse.
Apostar por la circularidad
Este último problema a veces se llama «ciclo de deseos». Si un programa municipal recibe un artículo en particular que no puede aceptar, posteriormente se transporta a otro lugar para su eliminación, creando emisiones y contribuyendo al flujo de desechos. Tales prácticas, señaló Adam Minter,, subrayan la brecha entre las buenas intenciones del público y la capacidad real del reciclaje.
La buena noticia es que asociaciones público-privadas están impulsando el reciclaje. The Recycling Parthership (TRP) es un ejemplo de ello, la organización sin fines de lucro, está impulsando la economía circular, es decir, la idea de una economía que funcione en un ciclo de renovación en lugar de un camino lineal que culmina en la eliminación.
El cambio climático es una parte clave de ese mensaje. Desde su inicio en 2014, como dijo Keefe Harrison, director ejecutivo de The Recycling Partnership (TRP), el trabajo de TRP ha ayudado a prevenir la emisión de alrededor de 251 mil toneladas de emisiones de carbono, además de desviar más de 230 millones de toneladas de materiales reciclables de los vertederos.
«Desde el punto de vista del sistema, el reciclaje protege el clima al mantener los hábitats naturales en su lugar, lo que limita la necesidad de una recolección intensiva de carbono de recursos naturales vírgenes».
Keefe Harrison, director ejecutivo de The Recycling Partnership (TRP).
Reciclaje es insuficiente para frenar el cambio climático
Aunque las fuerzas de la industria ven el reciclaje como una herramienta climática clave, otros son más escépticos, incluida Jan Dell, ingeniera química y fundadora de Last Beach Cleanup. El foco principal de su crítica es común: los plásticos.
Junto con Jan Dell, otros defensores del medio ambiente también sostienen que los plásticos de un solo uso son prácticamente imposibles de reciclar, debido a las capacidades limitadas de procesamiento de las instalaciones y la demanda del mercado.
«Las empresas utilizan activamente el reciclaje como una distracción y una excusa».
Jan Dell, ingeniera química y fundadora de Last Beach Cleanup.
Algunos críticos más señalan que centrarse en sacar del sistema de reciclaje los materiales difíciles de reciclar haría más para frenar los problemas climáticos y ambientales.
Entonces, ¿qué acciones son mejores para contrarrestar el cambio climático?
Jan Dell menciona que reciclar no es tan sostenible, por lo que, en lugar de ello, las personas podrían comenzar a poner mayor énfasis en reducir sus desechos. Puesto que la dependencia de la producción masiva de materiales vírgenes que se utilizan para el producto plantea una amenaza climática mayor.
Una investigación de Sustainable Brands reveló que estos son algunos de los comportamientos sustentables que los consumidores y las marcas pueden tomar juntos para crear un cambio positivo:
- Moderar el consumo de carne y adquirir productos que apoyen la agricultura regenerativa.
- Planificar las comidas con anticipación, preparar porciones más inteligentes, usar lo que hay en casa y apostar por la composta.
- Optar por fuentes de energía renovables y ahorrar energía en el hogar. Cuando sea posible, utilizar el transporte público y comprar productos fabricados con energía verde.
- Elegir productos fabricados con contenido reciclado y alquilar, compartir y comprar productos usados en lugar de nuevos siempre que sea posible.
- Reducir los artículos de un solo uso y comprar productos duraderos y reutilizables en lugar de desechables.
- Eligir productos con ingredientes limpios y productos que protejan los hábitats y la biodiversidad.
Mejores hábitos en torno a la circulación de recursos son el comienzo del cambio. Pero el entusiasmo por contribuir a la solución contra el cambio climático no debe detenerse ahí.