En los días de principios de la década de 2010, las redes sociales eran la herramienta democrática por excelencia, ya que apoyaban la Primavera Árabe y coordinaban protestas como la de Occupy Wall Street. Este optimismo inicial se desvaneció, a medida que las plataformas de medios quedaban cada vez más expuestas como focos de organización de la extrema derecha, pero dio paso a que redes sociales impulsan movimientos ambientales… de una manera diferente.
De acuerdo con The Conversation, puede que se haya exagerado el papel de plataformas como Twitter y Facebook en el derrocamiento de gobiernos, pero a medida que se acelera la crisis climática, las redes sociales pueden encontrar su vocación entre los activistas en línea deseosos de proteger el planeta.
Redes sociales impulsan movimientos ambientales… así
Grandes grupos de campaña como Greenpeace y WWF dominaron la conversación sobre cuestiones medioambientales. Estas organizaciones se basan en listas formales de miembros y donantes para funcionar. Recientemente, los movimientos ecologistas han adoptado redes más flexibles de personas, a menudo unidas por frases, hashtags o imágenes comunes.
Dos ejemplos destacados son Fridays for Future y Extinction Rebellion. Ninguno de los dos grupos organiza centralmente protestas o acciones que requieran el consenso o la participación. En su lugar, cada uno utiliza las redes sociales para invitar a todas las partes interesadas a unirse al movimiento en sus propios términos.
Esto podría significar utilizar el hashtag #FridaysForFuture o participar en una huelga escolar. Por su parte, en Extinction Rebellion todo puede ir desde el simple hecho de llevar una insignia con el logotipo, ahora mundialmente reconocido, hasta pegarse a una carretera o a un edificio.
En lugar de intentar utilizar las redes sociales para organizar actos y acciones, los ecologistas las utilizan cada vez más para demostrar cuántas personas comparten una causa. Esto permite a la gente actuar en múltiples lugares y momentos, y muchos se animan a unirse por el número de personas con ideas afines, y las redes sociales impulsan movimientos ambientales… así, sin complicaciones.
Hilos comunes
La investigación sobre los movimientos contra el fracking en Argentina ha revelado que los activistas del país siguen estando muy desconectados entre sí, con poca interacción entre los grupos a pesar de tener objetivos comunes.
Esta incapacidad para alcanzar un consenso nacional sobre cómo combatir la industria del gas puede parecer un punto débil, pero las redes sociales impulsan movimientos ambientales… lo han convertido en una fuente de fortaleza.
Las plataformas on line permiten a los activistas compartir ideas, como el derecho al agua potable y la amenaza del cambio climático. Esto ayuda a los movimientos a vincular preocupaciones dispares a una causa fundamental, en este caso, el fracking.
Asimismo, las personas con diferentes puntos de vista sobre la estrategia pueden superar la necesidad de coordinación, ya que las narrativas compartidas unen a miles detrás de un único objetivo, sin el gasto de una organización formal. Al mismo tiempo, los movimientos en línea pueden amplificar diferentes historias de daños sociales y medioambientales que ayudan a ganar más partidarios.
Los activistas medioambientales rara vez luchan para poner de relieve cuestiones aisladas. En cambio, muchos hacen campaña contra los sistemas que permiten la destrucción en primer lugar. Las agendas de gran alcance que resultan pueden causar conflictos entre los activistas al discutir sobre las prioridades.
Estos conflictos pueden minimizarse cuando se utilizan las redes sociales como un lugar de encuentro informal para mostrar solidaridad, identificar puntos en común y blandir palabras e imágenes compartidas que permitan a las personas con ideas afines reconocerse entre sí.
Dichas plataformas pueden permitir que los movimientos locales y globales crezcan exponencialmente, cada uno quizás con una agenda ligeramente diferente, pero bajo el parteaguas de que hacen que cada movimiento y campaña parezca más grande de lo que es, y más difícil de ignorar.
