Forética publicó hace unos días su quinta edición del Informe Forética sobre la evolución de la RSE en España y aunque hay avances en varios puntos, hay otros en los que los números no son halagüeños. Por desgracia, algunos de estos puntos son cruciales al constituirse como los apalancamientos de la RSE.
Algunas de las conclusiones del estudio son:
• 6 de cada 10 empresas ya conoce la RSE (No es un número para alegrarse pero al menos se ha avanzado y la calificación ya es aprobatoria)
• El concepto evoluciona de manera dispar entre la empresa pequeña, que no acaba de capturar el concepto, y la de mayor tamaño, cuya visión se ajusta a la “ortodoxia”. (Lo que demuestra que hace falta muchísimo trabajo, tanto al interior como al exterior de todas las organizaciones)
• Repunta el escepticismo con respecto a la RSE, al mostrar las empresas una actitud más defensiva ante ésta. (¿Será sólo un reflejo pasajero o una tendencia?)
• 5 de cada 100 empresas tiene estructurada la función de la RSE mediante políticas y procedimientos sistematizados. (Un número pavorosamente minúsculo)
• A nivel operativo, no existe un modelo dominante a la hora de integrar la RSE en el organigrama. Hay deficiencias en la transversalidad de la RSE. (Lo cual habla de que después de todos estos años aún no hay entendimiento del tema. La pregunta es ¿Dónde está la falla? ¿O es simplemente desinterés?)
• De cada 10 empresas, 8 consideran que la RSE contribuye a la reducción de costes, 7 de cada 10 a la mejora de ingresos y 6 a un mejor acceso a fuentes de financiación. (Sin duda alguna, una bocanada de aire fresco)
• Ante la crisis, una de cada tres empresas ha recortado sus actividades en materia de RSE. (Se sigue viendo a la RSE como actividades o áreas añadidas y no como una forma de gestión empresarial)
• El total de empresas con una orientación favorable a la RSE se sitúa en el 43,1% (No es una mala cifra pero el número sigue siendo reprobatorio ¿Por qué?)
• Uno de cada dos ciudadanos ha oído hablar de la RSE. (Tremendo avance)
• La RSE gana peso en los atributos de “la buena empresa”. Los atributos de mercado pierden posiciones a la hora de valorar a las empresas. (Positivo e interesante el dato sobre percepción ¿Será igual en el momento de la decisión de compra?)
• La población española experimenta un retroceso en cuanto a su sensibilización en materia de RSE. Sólo tres de cada 10 españoles son sensibles a la RSE. (Fatal el número; reprobatorio y muy bajo)
De todo esto podemos inferir que cuando la RSE es estratégica, otorga reducciones en costos, mejora en ingresos, acceso a fuentes de financiación y mejor reputación corporativa. El gran problema es que muy pocas son las compañías que están realmente haciendo esto. Muchas otras siguen malentendiendo el concepto y por tanto aplicándolo de manera errónea, lo que origina que en momentos de dificultad pueda recortarse. En cuanto al consumidor, si bien empieza a saber más del tema y a relacionarlo como reputación, aún es muy poco sensible a ello y a ejecutar acciones apalancado en ello.
¿Llegará a tiempo el entendimiento y la adopción formal del tema? ¿O simplemente poco a poco su trascendencia se irá diluyendo, estandarizándose torpe y simplemente como un área más en las compañías? ¿Se entenderá algún día que RSE no es esa visión romeantica de hacer el bien sino de ser estratégicamente sustentable?