Reflexiones sobre WikiLeaks y la RSE

¿Es la responsabilidad corporativa sólo un espejismo? ¿Una nueva careta que las empresas se colocaron hace unos años para poder justificar sus actos de irresponsabilidad? Muchos críticos así lo sugieren y a veces… es difícil confrontarlos.

No hablaré de casos con datos duros y obvios como Shell, British Petroleum, el presidente ejecutivo de Hewlett Packard o los frenos de Toyota… hablemos de algo menos obvio pero también potencialmente más peligroso… WikiLeaks.

Desde que documentos secretos del gobierno de los EE.UU. fueron expuestos por WikiLeaks, el portal fundado y dirigido por Julian Assange, el site y su creador se convirtieron en el blanco perfecto de presiones gubernamentales, mediáticas y sí… también corporativas. Empresas como Visa, Mastercard y PayPal le negaron sus servicios en una maniobra táctica para desfondarlo.

¿Por qué algo que pudiera parecer de inicio un simple asunto de revelado de información confidencial diplomática está cimbrando también a algunas empresas? ¿Será porque Julian Assange sugirió que los documentos secretos del departamento de estado norteamericano son apenas el inicio? ¿Será porque se inclinó ahora por revelar información de bancos y corporaciones?

En palabras del propio Assange, un «mercado perfecto precisa información perfecta»… uhmm… pues en realidad la frase se acerca mucho al concepto de transparencia ¿Por qué entonces atacarle? Creo que la respuesta obvia es porque aquello que las organizaciones dicen que es transparente, puede ser en realidad simplemente opaco.

Lo mordaz de todo el asunto es que la información revelada hasta hoy por WikiLeaks es en realidad un cúmulo de secretos a voces… pero lo que no está gustando a gobiernos y corporaciones es sentir angustia por lo desconocido… por pensar ¿Qué más se puede saber de nosotros que en realidad no queremos que se sepa?

Es obvio que a Assange se le está crucificando peor que en viernes de dolores; y no, no tratamos de hacer ninguna defensa ni de justificar sus presuntos delitos sexuales (hay que perseguir todo lo que deba ser castigado), sino porque a todas luces existe un intento por someterle e incluso sentar precedente. La pregunta real es ¿Frenará esto a WikiLeaks? ¿Podrá ser el inicio de un movimiento más holístico que más allá de WikiLeaks pueda revelar secretos celosamente guardados durante años? Después de todo, la batalla entre los «Anonymous», los hackers defensores de Assange, es abierta con gobiernos, bancos y compañías multinacionales.

Hoy, Julian Assange enfrenta un pedido de extradición de Suecia por cargos de abusos sexuales y está en libertad bajo fianza ¿A dónde va esto? ¿Cómo terminará? Aún no lo sabemos… sin embargo de algo estamos seguros, esto es sólo el inicio e indudablemente traerá repercusiones para la responsabilidad corporativa durante el 2011. Que la transparencia sea totalmente transparente… ése parece ser el reto a futuro de las empresas ante la ola de nuevas tecnologías y redes sociales que parecen ser el Beloforonte de las Quimeras corporativas.