De acuerdo con The New York Times, a medida que el calentamiento global está generando desastres climáticos en cascada, los líderes de las conversaciones climáticas de la ONU señalan que es hora de reformar el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Las poderosas instituciones se crearon hace 80 años para reconstruir los países devastados por la Segunda Guerra Mundial y estabilizar la economía del mundo, pero actualmente un grupo cada vez mayor de líderes mundiales ve la necesidad de una transformación a fin de combatir la amenaza que representa la crisis climática.
Reformar el Banco Mundial y el Fondo Monetario internacional
De acuerdo con las últimas conversaciones derivadas de la cumbre climática COP27 en Sharm El-Sheikh, Egipto, la transición hacia una economía baja en emisiones de carbono requiere una inversión de al menos 4 billones de dólares estadounidenses al año; no obstante, entregar esa financiación requiere una reforma rápida y completa del actual sistema financiero que rige la economía del mundo.
El sistema financiero global actual fue diseñado para tratar de aliviar la pobreza a través de préstamos o subvenciones para ayudar a las naciones a desarrollarse o recuperarse de la calamidad. Los préstamos se basaron en el riesgo, y a las naciones más ricas se les cobraron tasas de interés más bajas y se les ofrecieron mejores condiciones que a los países pobres.
Pero a medida que el cambio climático continúa provocando una serie en cascada de huracanes, inundaciones, sequías e incendios, las naciones pobres se han convertido en víctimas no solo del clima extremo, sino también de las instituciones financieras diseñadas para una era diferente.
Los países en desarrollo no solo están desesperados por obtener fondos para recuperarse de los desastres ambientales y prepararse financieramente para los próximos, también necesitan invertir en una transición que los aleje de los combustibles fósiles como el carbón y petróleo, y poder contribuir a la reducción de emisiones que están calentando el planeta.
Líderes respaldan reforma a los sistemas financieros globales
La propuesta de reformar ambos sistemas monetarios está en línea con la iniciativa Bridgetown, presentada por Mia Mottley, la primera ministra de Barbados, una nación caribeña muy endeudada que es muy vulnerable a los desastres climáticos.
De ocurrir la reforma del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, podría representar la mayor movilización de financiamiento internacional en la historia para ayudar a los países en desarrollo a enfrentar y adaptarse a un planeta que se calienta.
«Cuando se establecieron nuestras instituciones [fondo Monetario internacional y el Banco MuNDIAL], no había desafíos globales comunes como el cambio climático. Ahora tenemos que movilizarnos para hacerles frente».
Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI.
Asimismo, David Malpass, presidente del BM también se ha mostrado entusiasta frente a la propuesta que cobró gran fuerza durante la COP27. «Doy una calurosa bienvenida a estas llamadas. La acción climática exitosa para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero requerirá un impulso global concertado, y estamos comprometidos con este esfuerzo», señaló Malpass.
Entre otros líderes que han visto con buenos ojos la propuesta de reformar el Banco Mundial y el Fondo Económico mundial, se encuentran el presidente Emmanuel Macron de Francia, John Kerry, enviado especial para el clima del presidente Biden; y Svenja Schulze, la ministra de desarrollo y cooperación económica de Alemania.
Iniciativa Bridgetown, un cambio en el financiamiento global
La estrategia propuesta por Mottley tiene tres vertientes. En primer lugar, aumentar el volumen de financiación disponible para los países de ingresos bajos y medianos para hacer frente al cambio climático. En segundo, acelerar el desembolso de este dinero y hacer que los prestamistas ofrezcan financiamiento a más largo plazo, lo cual es fundamental para mantener la inversión; y tercero, permitir que los países que se recuperan de desastres pausen sus pagos de deuda.
Si se realizan las reformas a ambas instituciones para ayudar a las naciones en desarrollo a sobreponerse y prepararse para eventos ambientales futuros, se abre la ventana para evitar que las temperaturas globales superen los 2°C. Cuando los científicos han señalado que una temperatura por arriba de 1.5°C ya implicaría eventos climáticos catastróficos.
Ngozi Okonjo-Iweala, directora de la Organización Mundial del Comercio ha señalado que en su experiencia como ministra de finanzas de Nigeria, no es viable solicitar préstamos con tasas de interés mucho más altas en promedio que los países ricos, pagar esa deuda es una enorme carga para los presupuestos nacionales, dejando a los gobiernos sin reservas necesarias cuando se enfrentan a un desastre climático.