En lugar de dar limosna, qué tal invitarle un café o algo de comer a un niño de la calle, un indigente o un anciano en pobreza extrema.
La iniciativa Café Pendiente, que varios restaurantes empiezan a adoptar en la Ciudad de México y que tiene sus orígenes en Nápoles, Italia, en 2008, propone a los consumidores dejar pagado lo que deseé invitar a algún necesitado.
Afuera de los negocios que participan se ubica un pizarrón en donde se anuncia cuántos cafés hay para las personas necesitadas y los que se han entregado.
Fabiola Kun, líder del proyecto en México, explica que la iniciativa está basada en la solidaridad y la confianza, “todo es voluntario, nadie gana un quinto con esto”.
Aunque admite que esta iniciativa no va a acabar con la pobreza.
«Eso es un hecho, pero por lo menos le va a dejar el estómago caliente a alguien que quizá lleva un buen rato sin poder comer algo», resalta.
Al dejar pagados 25 pesos, el establecimiento entrega a quien solicita el café pendiente una baguette, una botella de agua y una manzana.
Por 20 pesos, se entrega un café o chocolate y un pan, explica Antonio Peña, dueño del restaurante BBKF, ubicado en la Colonia Roma.
«Es nuestro granito para ayudar a las personas. Un niño que sonríe por un panqué es una sensación increíble», afirma.
Cuando un indigente pasa a su cafetería a pedir limosna, Peña voltea al pizarrón donde se anotan los paquetes que personas solidarias han dejado pagados.
«En un principio desconfían, pero todos terminan agradeciendo el detalle», cuenta.
Victoria Eugenia Terrón es una clienta que frecuentemente invita cafés pendientes a los necesitados y asegura que dar no cuesta nada.
Parte de su filosofía de vida es ayudar a las personas, pero no con dinero, sino con ropa, alimentos, por eso esta iniciativa le pareció una gran idea para ayudar.
Los locales adheridos a Café Pendiente pueden invitar a los beneficiarios a sentarse en el lugar, poner el café o el platillo para llevar o juntar cierta cantidad de pendientes para entregarlos a algún asilo u orfanato.
Gracias a las redes sociales, el proyecto que inició en Italia también ha empezado a replicarse en países como Argentina, Chile y Colombia.
Más de 50 establecimientos en diferentes partes del País se han sumado a la iniciativa.
Fuente: Reforma.