Por: Antonio Vives
En noviembre de 2009 habíamos escrito un artículo, ¿Qué hay de nuevo bajo el sol en responsabilidad empresarial?, que relataba la visión de la responsabilidad social del empresario desde un libro publicado en 1953. A través de diferentes citas del libro comentábamos que lo que hoy estamos diciendo sobre la responsabilidad social de la empresas ya se enseñaba en aquellos tiempos. Parece que aun en aquellos tiempos no era nada nuevo y ya repetían lo que se enseñaba muchos años antes. Como lo seguimos haciendo ahora.
Hemos analizado el progreso en la RSE, pero retrocediendo en el tiempo, como en la película “Regreso al futuro”. Hemos encontrado un artículo mucho más antiguo, que nos muestra claramente que a pesar de todos los avances de la ciencia, avances sociales, avances políticos, seguimos en lo mismo en el tema de la responsabilidad social de las empresas. Parece como si este fuera uno de los últimos temas que se resiste al progreso… o que demuestra lo visionarios que eran algunos autores en el pasado.
También puede usarse por algunos modernistas para acusar a la responsabilidad social de ser algo muy antiguo y que si todavía discutimos lo mismo es razón para inventar algo “nuevo”. Lo que esto demuestra es que la falta de acción en estos temas no es un problema del qué, sigue siendo un problema de implementación y de los incentivos para hacerlo.
Citaremos algunas partes del artículo, sin mucho comentario, porque creo que no hace falta añadir mucho. El artículo comienza con este resumen.[i]
El desarrollo, fortalecimiento y multiplicación de hombres de negocio socialmente conscientes es el problema central de los negocios. Adicionalmente, es uno de los problemas de la civilización, por cuanto tales hombres pueden hacer más que cualesquiera otras personas para rehabilitar las fuerzas sociales y éticas de la sociedad y crear las bases que son esenciales para una filosofía de trabajo con más ideales. A menos que más de estos hombres aprendan a ejercer sus poderes y responsabilidades, con un creciente sentido de responsabilidad hacia otros grupos de la sociedad, a menos que perentoriamente se logre una importante socialización de los negocios, a través la iniciativa de estos hombres, nuestra civilización puede encaminarse a un periodo de retroceso. Ciertamente, a menos que ocurran tales desarrollos, los problemas de la sociedad, que surgen de las actividades empresariales, presentarán graves y crecientes dificultades.
El gran progreso económico que se ha construido en base a los avances científicos y tecnológicos está en manos de los hombres de negocios y el liderazgo requerido es el liderazgo basado en la sociedad de los hombres que armonizan su egoísta punto de vista económico con sus objetivos sociales, con un fuerte énfasis en su responsabilidad social.
Y por razones que serán obvias más adelante, tiene importantes lecciones para los que se dedican a la enseñanza de la administración de empresas. Dice por ejemplo:
El entrenamiento tradicional en gestión de empresas, que se lleva a cabo todavía dentro de los mismos negocios, es muy limitado, muy especializado en sus problemas; considera muy poco los puntos de vista sobre la importancia social de los negocios.
Los hombres de negocios, ocupados desarrollando un continente, y los educadores en las escuelas de negocios, en el medio de un rápido desarrollo provocado por un extraordinario influjo de estudiantes, todavía no han estudiado suficientemente los aspectos de sociales de los negocios. Como resultado, se están desarrollando situaciones éticas que presentan serios peligros y políticas miopes que continúan acumulando problemas para el futuro.
De manera uniforme, las escuelas de negocios están tratando de entrenar a los hombres para que cuando se hayan establecido puedan hacer el trabajo del directivo; están entrenándolos para el liderazgo. Pero no han analizado o enfatizado todavía las responsabilidades sociales de los negocios lo suficiente como para asegurar que ese liderazgo empleará sus esfuerzos por el bien de la sociedad.
Podemos y debemos presentarle al estudiante, mientras tenga tiempo, libre de las presiones de las circunstancias, los dilemas éticos más comunes de los negocios. Si esto se hace, es más probable que los sólidos estándares éticos del joven se mantengan en los futuros periodos de tensión (énfasis añadido).
Parece que estos consejos siguen siendo válidos hoy en día. Adelantándose a nuestros modernos conceptos de empresariado social dice:
Son necesarios hombres de negocios que, del creciente grupo de hombres, se den cuenta de la poca satisfacción intrínseca que produce el ganar dinero y hombres que entren en los negocios con objetivos sociales definitivos.
Y ya tenía opinión sobre el tema de las limitaciones de las leyes para la responsabilidad social de las empresas:
Lo más altos valores sociales y estándares éticos se logran cuando las leyes han cumplido su función, a través del desarrollo que surge cundo los hombres aprenden a vivir juntos dentro de la sociedad.
La solución de nuestros problemas debe descansar más en la creación de sólidos estándares intelectuales, éticos y sociales y en el desarrollo de mas liderazgo fuera de las cortes y de las leyes que antes.
Sin embargo, el criterio del interés propio solo no servirá nuestros propósitos. El control legal de los negocios debe fijar, desde afuera, los mínimos estándares.
Tenemos que construir las bases intelectuales para un interés propio que sea ilustrado.
Y ya advertía sobre el cortoplacismo:
Afortunadamente, muchos objetivos sociales esenciales se pueden lograr creando una verdadera base intelectual para los negocios y a través de una adecuada apreciación de los desagradables resultados en el largo plazo que siguen a acciones determinadas con una visión de corto plazo.
También anticipaba el papel de los “stakeholders”, que en esa época no se había descubierto todavía:
La ayuda externa es también necesaria. La fuerza más poderosa es la de la opinión pública, la presión del pensamiento de la sociedad. Esta fuerza funciona en parte a través de la ley, pera esta no puede ser su único medio.
El artículo fue publicado en 1927!!! en el Harvard Business Review por el decano de su escuela de negocios Wallace B. Donham (“The Social Significance of Business”, Harvard Business Review 4, 406–419). Fue el segundo decano de la escuela, entre 1919 y 1942. La escuela había sido fundada en 1908 y la revista en 1922. Gracias a los avances tecnológicos ahora podemos acceder a publicaciones que hace solo algunos años eran solo accesibles en alguna biblioteca.
Para ponerlo en contexto, en 1927 se hizo la primera llamada telefónica transoceánica, Charles Lindberg cruza el Atlántico, se inventa la televisión, se empieza a vender el Ford modelo A por $460 y nacían Gabriel García Márquez, Ladislao Kubala (del Barça), Gina Lollobrigida y el actual Papa Benedicto XVI. En Italia mandaba Benito Mussolini y en España Primo de Rivera. Faltaban dos años para la gran depresión y 12 años para la Segunda Guerra Mundial, hacía 9 años que había terminado la Primera. Faltaban 21 años para la primera fotocopiadora comercial y 65 años para que se creara Google, con lo que he hecho parte de la investigación (¡!¿cómo se las arreglaban?!!).
No, no hay nada nuevo bajo el sol, por lo menos en la responsabilidad de las empresas. Parece que en RSE estamos yendo “Adelante hacia el pasado” (¿nueva película?).
[i] La traducción es del suscrito. Hay que hacer notar que el lenguaje usado se ve hoy como antiguo. Habla de “hombre de negocios” sin sentimiento machista y habla de “comunidad” cuando hoy diríamos “sociedad”, “ciencia” cuando diríamos “tecnología” e “industria” cuando hoy diríamos “negocios”. He usado las palabras mas modernas.
Antonio Vives
Con un Ph.D. en Mercados Financieros de Carnegie Mellon University y con una trayectoria como profesor en 4 escuelas de negocios, Antonio Vives es actualmente catedrático y consultor en la Stanford University. Socio Principal de Cumpetere. Ex-Gerente de Desarrollo Sostenible del Banco Interamericano de Desarrollo. Creador de las Conferencias Interamericanas sobre RSE. Autor de numerosos articulos y libros sobre RSE y del blog Cumpetere en español.
Como complemento de este artículo, digo que en octubre del 2009 publiqué en la sección de Ecología Social de Expok, un artículo sobre quienes considero los antecedentes de la Responsabilidad Social en el siglo XIX.
El nombre del artículo es: La Responsabilidad Social; una herencia del socialismo utópico
Por si les interesa, la liga es:
http://www.expoknews.com/2009/10/06/la-responsabilidad-social-una-herencia-del-socialismo-utopico/#more-19370