El informe de Naciones Unidas publicado el miércoles muestra que los esfuerzos globales para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero están muy lejos del camino correcto, declaró WWF.
El reporte “Cerrar la Brecha de Emisiones”, publicado por el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) presenta sombrías conclusiones acerca del estado actual de los esfuerzos para reducir las emisiones globales, y esboza cómo éstos pueden ser rectificados.
Vanessa Pérez-Cirera, Directora del Programa de Clima y Energía de WWF-México, indicó: “Este reporte debe servir para que los negociadores que se dirigen a Durban analicen la realidad. Muestra claramente cómo el mundo se dirige a grados peligrosos de cambio climático si no se toman acciones decididas ya. La brecha no es técnica ni económica, es una brecha en liderazgo y voluntad política”, dijo.
El reporte encontró que las emisiones globales para el 2020 deben reducirse a 44 gigatoneladas de dióxido de carbono equivalente, un monto muy por debajo de los niveles actuales. “Esta meta es muy similar a la recomendación de WWF de reducir en 80% las emisiones globales de gases de efecto invernadero con respecto a los niveles de 1990, antes del 2050. Estas emisiones deben llegar a su punto de inflexión antes del 2015, si queremos tener una buena oportunidad de mantener el calentamiento global por debajo de 1.5 a 2 °C”, añadió Pérez-Cirera.
De acuerdo con el informe, aún si se implementan plenamente los compromisos más ambiciosos de los gobiernos, las emisiones estarán 6 gigatoneladas por encima de este nivel – casi el equivalente a las emisiones anuales de los Estados Unidos. En la práctica, la “brecha de las gigatoneladas” es mucho mayor – hasta 11 gigatoneladas – debido a huecos en la contabilidad de los países desarrollados.
El informe sin embargo concluye que aún es posible cerrar esta brecha mediante incentivos e inversiones decididas en energía renovable, el mantenimiento de la cobertura forestal, el manejo sustentable de los bosques y el mejoramiento de las prácticas agrícolas. Otra acción clave sería la regulación de las emisiones de la aviación y el transporte marítimo internacional, que hasta hoy no han sido regulados.
Con base en este informe, todos los países pueden y deben hacer más para cerrar la “brecha de las gigatoneladas”. La prioridad debe ser incrementar la credibilidad de las acciones de los países desarrollados, cerrando los huecos en la contabilidad del carbono y elevando el interés por atacar el cambio climático de acuerdo con la evidencia científica. Por ejemplo, la Unión Europea debe reconocer que su compromiso actual de reducir las emisiones solamente en un 20% para el 2020 está agrandando la brecha, y los EEUU, que aún no cuentan con un plan creíble para alcanzar siquiera su débil meta de reducción de emisiones, deben adoptar uno.
“En el caso de México, deberemos ver un cambio serio de paradigma para dejar nuestra dependencia energética en combustibles fósiles y movernos decididamente hacia las energías renovables”, concluyó Pérez-Cirera.
WWF cree que en la cumbre de clima de Durban, que comienza el 28 de noviembre, los gobiernos pueden dar pasos reales para cerrar la “brecha de las gigatoneladas”, para ello:
• Deben acordar reglas estrictas sobre la contabilidad de emisiones por uso de suelo y forestería, que den cuenta de lo que la atmósfera “ve”, y acordar límites estrictos para el uso de excedentes en sus cuotas de emisiones del primer período de compromisos de Kioto
• Deben eliminar la “doble contabilidad” de los créditos de offsets tanto en las metas de los países desarrollados, como en los compromisos de los países en desarrollo, y eliminar aquellos offsets que no produzcan reducciones reales y no promuevan el desarrollo sustentable
• Deben llegar a un acuerdo sobre la necesidad de llegar al pico de emisiones globales para el 2015 y llegar a estar globalmente un 80% por debajo de los niveles de 1990 para el 2050
• Deben establecer acuerdos sobre fuentes de financiamiento nuevas e innovadoras (por ejemplo, un mecanismo para la aviación y el transporte marítimo internacionales) que ayuden a financiar las reducciones de emisiones y la adaptación a los impactos del cambio climático en los países en vías de desarrollo
• Deben acordar un segundo periodo de compromisos del Protocolo de Kioto y establecer un mandato claro para un amplio acuerdo legalmente vinculante, con un marco de tiempo que no elimine en la práctica las posibilidades alcanzar un pico temprano de las emisiones.
Fuente: Comunicado de Prensa.