Representantes empresariales, de organizaciones sociales y académicas coincidieron en que México requiere cambios de fondo, tanto económicos como culturales, si quiere encaminarse hacia el desarrollo sustentable.
Carlos Scheel, profesor Emérito en el EGADE Business School del Tecnológico de Monterrey, consideró que la sociedad mexicana está desinformada y le es complicado entender qué es ser sustentable.
Falta conciencia, agregó, “no es tema de presupuesto, sino de que nadie es consciente del impacto que causa, necesitamos una nueva manera disruptiva de pensar sobre el presente y el futuro, la economía, la sustentabilidad y la propia preservación del individuo”.
Criticó que “el sistema económico actual invita a que el ciudadano se vuelva perezoso y no dimensione sobre la realidad insustentable que le rodea”.
Exhortó a los empresarios a comprender que los modelos derivados de la sustentabilidad son rentables y redituables.
En la presentación del Informe de Sustentabilidad 2018 de PetStar, planta de reciclado de plástico PET, aseguró que el manejo de los contaminantes sólidos urbanos es sólo una parte del problema ambiental que padece la humanidad, “no debemos sólo concentrarnos en prohibir el uso de los productos plásticos”.
De no atacar de fondo los problemas de la cadena de desechos nunca se acabará el problema, aseguró al ejemplificar que hoy se está cambiando de los automóviles de combustión interna a los eléctricos pero la movilidad no mejora, “eso pasa por no atacar de fondo el sistema que nos rige”.
“Tenemos que concentrar la atención en los cómos, que es donde se ubica la economía circular, la cual no debe ser la finalidad sino un paso más para llegar a una sociedad equilibrada”, mecionó.
Añadió que no se debe dejar a nadie fuera de la cadena de valor del reciclado, en particular a los pepenadores, que hasta ahora son el último eslabón del sector y no reciben ningún beneficio humano, social ni económico.
Sensibilidad hacia negocios susentables
Por su parte, Eduardo Piquero, director de la Plataforma MÉXICO2, indicó que se requiere “una combinación de incentivos para darle un nuevo valor a los residuos, incluyendo aspectos fiscales y legales que no están muy actualizados en el país. Aunado a que falta mucha regulación para generar incentivos en la economía circular”.
Abundó que los inversionistas actuales están muy sensibles sobre los negocios sustentables, pues la toman en cuenta tanto como los aspectos de gobierno corporativo y corrupción, entre otros.
En coincidencia Eugenio Barrios, director de Políticas de la organización WWF México, dijo que la sustentabilidad debe ser una sustancia interna de las empresas y coadyuvar a tomar decisiones para un mejor futuro del mundo de los negocios.
“El problema es que se piense que se vive en un mundo infinito, se deben fijar límites para establecer hasta donde se puede llegar. Por ello, la economía circular es un ejemplo de cómo hacer un adecuado manejo de los productos”.
Control y reciclado de plásticos al alza
Jaime Cámara, director general de PetStar, declaró que esta empresa busca ser no sólo un negocio de reciclaje, sino estar incluida en la economía circular al dar una nueva vida al PET.
Aseguró que han establecido políticas industriales en mitigación de emisiones y ahorro de agua, además de ser una instalación “cero residuos”.
“Buscamos inspirar a otras organizaciones para ser sustentables y que la cultura empresarial migre a modelos circulares y la sostenibilidad sea parte estructural del negocio”, dijo.
PetStar es un proyecto de 100 millones de dólares de la Industria Mexicana de Coca Cola, recicla 3 mil 100 millones de botellas al año, lo que equivalente a llenar 2.4 veces el Estadio Azteca. Su operación permite recuperar hasta 66% de los envases que sus accionistas ponen en el mercado.
Indicó que tienen 10 mil puntos de compra de PET en México, para reciclar las botellas de plástico. Además, explicó que tiene una infraestructura de ocho plantas de acopio a nivel nacional y una planta recicladora en Toluca mientras que genera mil 200 empleos directos y 24 mil empleos indirectos a pepenadores y recolectores de residuos.
Reveló que la recuperación del plástico en México es de un 60% en el caso del PET, el doble de porcentaje si se hace la comparación con Estados Unidos, donde apenas alcanzan 30 por ciento.
Con todo, reconoció que “vamos tarde y urge reaccionar con la edificación de un modelo sustentable para la economía con balance social y ambiental. Las empresas que no adopten esta nueva realidad no lograrán sobrevivir en el nuevo mercado global”.
930 Bosques de Chapultepec
A nivel nacional, el reciclado de plástico PET ha permitido a 2018 ahorrar más de 163 millones de metros cúbicos de agua y ha evitado la emisión de más de 13 millones de toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera, equivalente a plantar 351 millones de árboles o 930 Bosques de Chapultepec.
Las cifras son de la organización Ecología y Compromiso Empresarial (ECOCE), la cual señala que en México se reciclan unas 441 mil toneladas de PET, que son procesadas en un 70% en el país mientras que sólo 30% se exporta.
Reciclar una tonelada de plástico PET equivale a no quemar 4.4 barriles de petróleo para crear resina virgen, dejar de ocupar espacios en basureros equivalentes a 43 metros cuadrados y evitar emisiones de 3.2 toneladas de gases de efecto invernadero.