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Si piensas en la esclavitud, es muy probable que venga a tu mente una época en la que millones de hombres y mujeres, principalmente de raza negra, fueron vendidos por todo el mundo para realizar tareas domésticas y trabajo forzado. Sin embargo, la realidad es que no se trata de un problema del pasado.
Hoy casi 21 millones de personas son víctimas del trabajo forzado, de acuerdo con cifras de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). De ellas, más de 11 millones son mujeres y niñas, 9.5 millones son de género masculino y dos millones son explotados por el estado o grupos rebeldes.
En los últimos días, Newsweek sorprendió al mundo publicando el caso de 43 mexicanos en Canadá que vivieron como esclavos modernos y fueron rescatados por la policía local. Ahora se les ha ofrecido un empleo formal y podrán iniciar vidas como personas libres en el país al que llegaron persiguiendo mejores oportunidades.
Un grupo de 43 mexicanos fueron liberados en Canadá después de haber sido obligados a trabajar de manera casi gratuita en hoteles como “esclavos modernos”, dijo la policía el lunes.
Los trabajadores, en su mayoría hombres, habían sido atraídos a Canadá por traficantes que, a cambio de una gran suma de dinero, les prometieron que podrían estudiar allí y obtener visas de trabajo y un estatus permanente de residencia.
Pero una vez allí fueron alojados en “condiciones sórdidas” en ciudades del centro y este de Ontario y obligados a trabajar en hoteles de la zona, explicó la policía en una conferencia de prensa.
Los dos responsables de una empresa de limpieza en el área de Barrie, Ontario, que trabajaban con hoteles de la zona, están en la mira de los investigadores, a pesar de que no fueron arrestados.
La policía está buscando más sospechosos y es posible que se anuncien cargos en los próximos días.
“El tráfico de seres humanos es una forma moderna de esclavitud”, explicó a la prensa el comisario adjunto Rick Barnum. “La explotación está en el corazón de este delito”.
Los trabajadores tenían que pagar por su vivienda, la comida y el transporte a sus lugares de trabajo. Sus salarios eran controlados por sus empleadores, quienes a veces les daban menos de 33 dólares estadounidenses al mes para vivir.
“Es impensable que esto haya ocurrido en nuestra comunidad”, agregó el jefe de la policía de Barrie, Kimberley Greenwood.
Después de una investigación que movilizó a unos 250 policías, los mexicanos pudieron recuperar su libertad la semana pasada. Según Barnum, una de las víctimas dijo a la policía: “Ayer fui a dormir como un esclavo y esta mañana me levanto como un hombre libre”.
Todos estos trabajadores estaban en una situación regular, dijo la policía. En los últimos días, se les ofreció un trabajo y fueron realojados en al área de Barrie.