El rescate de un tramo de Canal Nacional inició hace 6 años mediante la organización ciudadana.
Un ejemplo es la Fundación Ecológica Club de Patos, que se encarga de la conservación de 1.5 kilómetros del afluente, de Calzada de la Viga a Río Churubusco.
Para ello, se programan jornadas con escuelas y voluntarios para hacer brigadas en lanchas inflables.
Sacamos la basura de los bordes y alrededor del Canal. También hay jornadas de reforestación, reubicación de patos y gansos, explicó Alejandro de la Vega, quien preside la fundación.
También se está terminando la instalación de un sistema de riego automático en los 570 metros cuadrados de bordes internos, que se restauraron con recursos proporcionados por el Instituto Nacional de Desarrollo Social (Indesol).
Tenemos trabajo todo el año y es un compromiso que adquirió la organización. Principalmente, lo que hacemos es fomentar la cultura del voluntariado, precisamente para que los cuerpos de agua en la Ciudad de México no sean utilizados como basureros, señaló De la Vega.
Su trabajo sigue siendo aislado, pues tramos como el que va de Río Churubusco a Eje 3 Oriente lucen abandonados, cubiertos de lentejilla de agua y basura en las orillas.
Luis Zambrano, investigador de la UNAM, calificó la labor de esta organización como fundamental.
La gente como el Club de Patos, que trabaja con voluntarios y pocos recursos, se debe merecer un premiazo. Están haciendo que las cosas funcionen, dijo.
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