La Responsabilidad Social Corporativa (RSC) hace referencia al conjunto de obligaciones y compromisos legales y éticos que se derivan de los impactos que la actividad de las organizaciones produce en el ámbito social, laboral, medioambiental y de los derechos humanos.
De igual forma que hace medio siglo las empresas desarrollaban su actividad sin tener en cuenta el marketing o que hace tres décadas la calidad no formaba parte de las orientaciones principales de la actuación empresarial, a día de hoy las empresas son cada vez más conscientes de la necesidad de incorporar las preocupaciones sociales, laborales, medioambientales y de derechos humanos como parte de su estrategia de negocio.
Si una empresa tiene entre sus prioridades invertir en responsabilidad social y quiere que su esfuerzo se transmita a la sociedad, debe de hacer hincapié en la responsabilidad social de carácter interno, la que se encarga de la gestión social, emocional, humanista y solidaria de los Recursos Humanos, o mejor dicho, de las personas que trabajan en una empresa, ya que dicha inversión se traducirá en una mejora de la imagen externa de la organización.
Para conseguir este objetivo se deben de llevar a cabo una serie de políticas como son el diseño y la planificación de un modelo de gestión de personas, el diseño e implementación de un plan de conciliación de la vida laboral, personal y familiar, la identificación del talento tanto interna como externamente y su gestión individualizada o los planes de formación adecuados.
También deberíamos de tener en cuenta la nueva filosofía retributiva que se está extendiendo en nuestro país. La retribución flexible como tal puede ayudar a reducir o suavizar el impacto de dichas necesidades en nuestras vidas, de las que cabe destacar principalmente cuatro tipos: necesidades personales, como son los vales de comida, el alquiler de vivienda, el renting de automóvil y los planes de previsión y seguros; las necesidades familiares, como son el pago de guardería y el seguro de salud; las necesidades profesionales, como el pago de formación y la adquisición de equipos informáticos; y las necesidades económicas a través de un ahorro fiscal y del ahorro económico en algunos productos debido al mayor poder negociador de la empresa.
Con esto se habrá dado un paso más en el objetivo de conseguir una gestión responsable y social de los recursos existentes, consiguiendo afianzar la RSC Interna en la empresa.