Por Nancy Fabiola Sánchez García
En los últimos años, en la educación superior se ha venido presentando una nueva gama de carreras profesionales enfocadas únicamente en el dirección y creación de empresas o negocios, con las cuales se planea formar a los futuros administradores, directores, gerentes o incluso fundadores de las futuras empresas del país. En los planes de estudios se encuentra una gran variedad de materias de “negocios” o de administración y contabilidad, pero, ¿dónde están las materias de ética?, ¿de ciudadanía? o de ¿responsabilidad ambiental y/o social?
Asignaturas de ética y ciudadanía
Es cierto, muchos de los que estudian estas carreras lo hacen porque no les llamó la atención las ciencias sociales o de humanidades, sin embargo, esto no significa que porque sean carreras de “negocios” se les debe alejar de la ética y ciudadanía. En las universidades se debe empezar a considerar de manera más a fondo el emprender un negocio guiado por principios éticos y con consideración del entorno social en el cual se desarrollará, pues incluso a veces muchos de los empresarios jóvenes no están al tanto o no conocen las inquietudes o contexto social de quienes forman parte o quienes lo harán algún día de su empresa. El enfoque de la ética en los negocios tampoco debe basarse en clases teóricas de la cuales se dejan tareas y ensayos sobre los pensamientos de los griegos, no es que no sea importante sino que este tipo de tareas en carreras como negocios no ayuda a la formulación de ideas que puedan llevarse a la práctica por ellos mismos, pues se enseña toda la teoría, se analizan casos, pero no se lleva a cabo en la práctica. Por ello sería bueno considerar casos concretos de escenarios en donde tenga que prevalecer la ética, escenarios en los que se presente una problemática social que pueda ser atendida desde el sector empresarial en conjunto con la sociedad civil organizada, escenarios que los ponga a pensar en posibles soluciones desde sus papel de administradores o gerentes.
Servicio social
El servicio social de manera obligatoria es una de las maneras con las cuales se fomenta y se da un énfasis en el compromiso social por parte del alumno, sin embargo, ya sea por el poco interés, falta de tiempo por los estudiantes o simplemente por no encontrarlo como algo útil, éste en muchas ocasiones termina siendo un requisito tedioso sin el cual “no me puedo graduar”. Pero, ¿por qué no verlo como una oportunidad? ¿por qué no aprovechar esas 480 horas para que los alumnos desde su carrera enfocada en los negocios puedan ir forjando estrategias de responsabilidad social empresarial? Ya sea colaborando de manera más activa en organizaciones civiles o comunidades, éste tipo de experiencias podrían ayudar a forjar una visión como empresario socialmente responsable que en un futuro pueda reflejar su formación y visión social en su organización en conjunto con quienes laboran en ella.
En efecto, México necesita de jóvenes emprendiendo sus propias empresas, sí, pero México también necesita que éstas sean socialmente responsables y que beneficien a la sociedad en donde éstas están presentes, ya que gracias a proyectos de responsabilidad social por parte de la empresa, no sólo este sector se verá beneficiado sino también sus consumidores, su comunidad, su país.
Colaboración: Nancy Fabiola Sánchez García
Estudiante de la Licenciatura en Emprendimiento Cultural y Social
Tecnológico de Monterrey Campus Ciudad de México.