Se trata de una acción de hace un par de años, sin embargo, al estar a tres meses del Día Mundial del SIDA, 1o de diciembre, vale la pena recordar un desarrollo de Buenos Aires, donde en una ejecución socialmente responsable por parte del gobierno, se le colocó al Obelisco de la Ciudad, un condón de 67 m de color rosa, ello obviamente con el fin de promover su uso y arrebatar vidas a la terrible pandemia.
Cabe destacar que la guerrilla no es originaria de Argentina, sino una réplica de la efectuada en París por ActUp y Benetton, quienes lo colocaron en el Obelisco de la Plaza de la Concordia.
Es indudable que la acción genera atención, publicity y seguramente en muchos, reflexión. El problema de varios otros países en los que se podría implementar, debido a su alto índice de casos, es enfrentar gobiernos de mentes recalcitrantemente cerradas, para los cuales el SIDA parece ser todavía una cuestión de moral.