A pesar de que grandes y pequeñas empresas se han comprometido a guiar su conducta respetando los valores de la responsabilidad social (RSE), todavía existen muchos casos en los que un corporativo comete fraude y sus promesas de ser transparente caen en saco roto. Lamentablemente, en septiembre pasado vimos un ejemplo de esto: se descubrió que el banco Wells Fargo había creado aproximadamente 2 millones de cuentas falsas para impulsar sus ganancias.
Esta no fue la primera vez que la compañía se vio envuelta en una situación así. En 2014, este corporativo se enfrentó al hecho de que sus empleados intentaron alcanzar sus metas de trabajo a través de cuentas y tarjetas de crédito fraudulentas que, aparentemente, es una actividad que ha estado sucediendo desde el 2011. ¿Cuál fue la explicación de los colaboradores? Wells Fargo implementaba en su cultura empresarial, políticas de venta agresivas con sus trabajadores.
El New York Times recordó ese suceso tan solo un par de días después de que la noticia de la reciente estafa alcanzara a los medios, al público y a los clientes del banco. Al parecer, las políticas que orillaron a los colaboradores de Wells Fargo a tratar de abrir cuentas falsas continuaron, puesto que los extrabajadores han declarado que la presión por alcanzar los objetivos de venta era abrumadora. Los empleados que no quisieron participar en este engaño reportaron lo que sabían ante sus superiores o Recursos Humanos (RRHH), sin embargo, la respuesta fue un despido justificado por razones ridículas como llegar dos minutos tarde a la oficina.
“Si una persona tenía que estar en la sucursal a las 8:30 am y se presentaba a las 8:32 am, lo despedían”, comentó para CNNMoney un antiguo colaborador de RRHH en Wells Fargo, quien confirmó que esa táctica la utilizaban para correr empleados que intentaran informar acerca de posibles acciones ilegales.
Como respuesta ante el conflicto que salió a la luz en septiembre, la compañía bancaria despidió a más de 5 mil colaboradores ligados al fraude, pagó alrededor de 185 millones de dólares en multas y tuvo que responder ante el Congreso de Estados Unidos, donde las disculpas del CEO John Stumpf, solamente sirvieron para que la senadora demócrata Elizabeth Warren le exigiera su renuncia como director de Wells Fargo, según reportó CNN en Español.
En efecto, Stumpf renunció (no sin irse con la inmerecida cantidad de 133 millones de dólares, de acuerdo con Fortune) y Tim Sloan ocupó su lugar, pero el asunto no está cerca de terminar. Ahora Prudential Financial, una compañía de seguros y servicios financieros que opera en México como Prudential Seguros, también debe responder ante la ley.
Prudential Financial creó una alianza con Wells Fargo en 2014 para que ofrecieran sus pólizas de seguro. Recientemente, CNNMoney indicó que los colaboradores de Wells Fargo no solo abrieron cuentas falsas, asimismo tomaron dinero de las cuentas de sus clientes para que “compraran” seguros de Prudential, claro, sin su consentimiento. Las personas se quejaron de que llegaban cargos en su recibo por pagos no autorizados, pero fueron ignorados por el banco. Además, algunas solicitudes para esta póliza de seguro tenían direcciones inventadas como «Wells Fargo Drive» o correos electrónicos como [email protected].
Debido a esto, Prudential ordenó una investigación interna para asegurar que todo estuviera en orden. No obstante, los encargados de la indagación descubrieron que existían muchas alzas de venta sospechosas, casi siempre al fin del trimestre, que empezaron desde que la compañía se alió con Wells Fargo. De igual manera, se dieron cuenta que la mayoría de los clientes que habían adquirido la póliza tenían apellidos hispánicos.
Cuando reportaron los resultados de la averiguación, los tres colaboradores fueron suspendidos de sus labores y, más tarde, despedidos. Al respecto, estas tres personas –quienes ya presentaron una demanda– han declarado que fueron castigados por “negarse a participar en el encubrimiento de los negocios ilegales y fraudulentos en los que Prudential se ha involucrado con Wells Fargo”.
Por su parte, representantes de Prudential han declarado que la terminación del contrato de dichos colaboradores no tiene relación alguna con el caso Wells Fargo, y están seguros del fallo a su favor cuando la demanda llegue a la corte. También han anunciado que suspendieron la distribución de sus pólizas de seguro en el banco, y los clientes que duden de la legalidad del seguro podrán solicitar un reembolso.
En más de una manera, Wells Fargo ha incumplido con su responsabilidad social: engañó a sus clientes, quiso estar por encima de la ley y no respetó los derechos de sus colaboradores. Por si fuera poco, se enfocaron en victimizar a diferentes grupos sociales que tenían una característica en común: vulnerabilidad. La mayoría de los clientes que fueron estafados son de origen hispánico –algunos ni siquiera hablan inglés–, adultos mayores y jóvenes que acababan de abrir su primera cuenta bancaria.
Es casi imposible que Wells Fargo recupere la confianza de la gente y las autoridades. Queda por ver si lo sucedido con Prudential fue solo daño colateral, o la empresa de seguros igualmente está implicada en prácticas ilegales.
