Por Leticia Gutiérrez Lorandi, Vicepresidenta de Conservación Internacional México
Para revertir el impacto del aprovechamiento desmedido de los recursos naturales sobre el clima, la humanidad tiene el reto de eliminar el exceso de dióxido de carbono de la atmósfera y reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero en los próximos seis años. No obstante, si el mundo dejara de utilizar combustibles fósiles instantáneamente, tampoco lograríamos evitar un escenario climático adverso.
Frente a este crítico panorama y según el estudio ‘Soluciones climáticas naturales’ publicado en 2017 por el científico climático Bronson Griscom, se ha demostrado que la solución está en la naturaleza. Además, establece que los diversos ecosistemas del planeta ya absorben cada año cerca de la mitad de las emisiones de gases de efecto invernadero causadas por la actividad humana, a pesar de nuestro impacto en ellos. Se concluyó que, si protegemos y restauramos los ecosistemas, la naturaleza puede revertir el cambio climático, proporcionando más de un tercio de la acción global necesaria para evitar una emergencia climática.
En este tenor, los gobiernos y las empresas deben reemplazar una economía extractiva por una regenerativa a través de la innovación, la colaboración y la asociación con pueblos indígenas y comunidades locales, debido a que proteger y restaurar los bosques que ellos habitan puede representar al menos el 30% de la solución frente a los efectos del cambio climático.
Estos ecosistemas contienen más de 260 mil millones de toneladas de “carbono irrecuperable”, la mayor parte del cual está almacenado en manglares, turberas, bosques primarios y marismas; además, los bosques proporcionan agua potable a un tercio de las ciudades más grandes del mundo y sustentan a más del 65% de las especies de anfibios, aves y mamíferos.
Sin embargo, actualmente las soluciones basadas en la naturaleza altamente rentables, como la protección, la restauración y la gestión sostenible de los bosques, reciben menos del 3% de toda la financiación climática mundial y es primordial aumentar esta inversión priorizando las acciones que fortalezcan la resiliencia climática.
Es ahora cuando el trabajo entre gobierno, empresas y sociedad civil debe encontrar un mecanismo para aumentar la inversión en la conservación de la naturaleza, pues cada vez hay más evidencia que demuestra que considerar el cambio climático y otros riesgos para la sostenibilidad en la toma de decisiones conduce a mejores retornos a largo plazo.
Cuidar los diferentes ecosistemas es una inversión rentable, ya que proporcionan el 80% de la capacidad adicional de la tierra necesaria para implementar soluciones basadas en la naturaleza; sin embargo, solo reciben el 20% de la financiación adicional destinada a estas soluciones para el año 2030, de acuerdo con un informe del Programa del Medio Ambiente de las Naciones Unidas.
En este sentido, las inversiones en soluciones basadas en la naturaleza (SbN) deben ser un componente clave del cambio, ya que proporcionan un estímulo económico, social y ambiental al crear empleos, proteger la naturaleza, acelerar la descarbonización y mejorar la resiliencia climática.
Por ejemplo, actualmente existen varias iniciativas a nivel mundial para la Restauración de Manglares, donde se busca involucrar a la comunidad, promover la inclusión social, dar empleo para participar en acciones de limpieza y monitoreo biológico, con el fin de cuidar estos ecosistemas vitales para la humanidad que ayudan a capturar y almacenar carbono, actúar como barreras naturales contra tormentas y huracanes y ser el hogar de diversas especies y plantas. Pues está comprobado que los manglares reducen anualmente daños en propiedades en más de 65 mil millones de dólares y protegen a más de 15 millones de personas, de acuerdo con el artículo de investigación “Los beneficios de los manglares para la protección global contra inundaciones”.
Como sabemos, la crisis climática está sucediendo ahora mismo y nos está exigiendo medidas transformadoras y coordinadas para la mitigación de sus efectos. Es tiempo de reconocer que la naturaleza es el verdadero cimiento de nuestra existencia, de la vida como las conocemos hasta ahora, pues la disminución de la diversidad biológica ya está causando que la economía mundial pierda el 10% de su producción anualmente. Si no invertimos en soluciones basadas en la naturaleza ahora será imposible alcanzar un desarrollo sostenible en el futuro.
Las medidas deben ser el resultado de cambios en el comportamiento, la mentalidad y los patrones de consumo humano, además de proporcionar beneficios climáticos duraderos al conservar los ecosistemas para que regresen a su estado natural e, incluso, mejorarlos.
Naturaleza en Diálogo por Leticia Gutiérrez Lorandi
Leticia Gutiérrez Lorandi es Vicepresidenta de Conservación Internacional en México. Cuenta con más de 15 años de experiencia en temas de política ambiental y ha laborado en diversas organizaciones e instituciones como The Microcarbon Foundation de Londres, la Comisión Nacional Forestal, The Nature Conservancy y la Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México.
Leticia es Ingeniera Industrial y de Sistemas por el Tecnológico de Monterrey (ITESEM); además, cuenta con una especialidad en Política y Gestión Energética y Medioambiental por Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales y una Maestría en Ciencias y Gestión del Desarrollo por The London School of Economics and Political Science.