México es un país rico en recursos naturales y de diversos ecosistemas, sin embargo uno de ellos, el agua, esencial en todo el planeta, se está terminando.
Seguramente éste es un tema del que ya habías escuchado hablar antes, sin embargo entre más pasa el tiempo la situación se vuelve más tangible.
Actualmente como nación, nos encontramos enfrentando diversos retos para la conservación de este vital líquido en nuestras vidas.
Para Hugo Contreras, director de Seguridad Hídrica de América Latina para The Nature Conservancy México (TNC), «México es un país con una discrepancia muy marcada en la distribución del agua, mientras el sur-sureste producen más del 60% del agua, las actividades productivas y la mayor parte de la población habitan en el centro, noroeste y noreste del país» comentó en entrevista para Huffington post.
Además dijo que la protección y manejo adecuado de las fuentes de agua, «en prácticamente todo el país se han cambiado los usos de suelo en zonas de escurrimiento para recargar los acuíferos, ahorcando la posibilidad de tener una sustentabilidad adecuada».
La protección y manejo adecuado de las fuentes de agua en casi todo México se han cambiado los usos de suelo en zonas de escurrimiento para recargar los acuíferos: Hugo Contreras.
Ante ello, los gobiernos, la sociedad y la iniciativa privada han buscado estrategias para solucionar los problemas que hay para la obtención y abastecimiento de agua.
Cada estado y cada país, enfrenta una situación diferente, por ejemplo:
«En La Paz, BCS,es un territorio seco y de lluvias de temporada, aunque no cuenta con embalses y áreas de absorción, el utilizar tecnología como las desalinizadoras para potabilizar el agua del mar, no sería suficiente sí sabemos que las tuberías están dañadas y hay perdidas en el abastecimiento», comentó.
Seguridad hídrica en México
México se enfrenta a un gran reto llamado: seguridad hídrica.
Para enfrentarlo, el país tiene el talento y la capacidad para darle agua a sus siguientes generaciones.
«En Chiapas, el cambio de uso de suelo ha afectado a muchas cuencas, cuando usan las partes altas de la cuenca con finalidades agrícolas el agua no permea y no alimenta los ríos y los embalses de los que se abastecen las comunidades, además de que el sedimento que arrastra puede contener contaminación de los campos y eso disminuye la calidad del agua».
La sobrepoblación, la agricultura y la sobreexplotación de los recursos, ha provocado que los mantos freáticos de la región del Bajío, se vean dañados.
«La Ciudad de México es un caso excepcional, las características de una megalópolis como la nuestra nos afecta en muchos sentidos. CDMX pierde casi el 40% de su agua para consumo humano”.
Casi el 50% de de la absorción es el que se abastece en el acuífero de la capital mexicana. Ésta, se lleva acabo en la sierra del Ajusco, justo el lugar donde varias casas y departamentos se han construido y por consecuencia se han visto afectadas.
¿Existen Fondos de Agua?
Ante el escenario anterior, la Alianza Latinoamericana de Fondos de Agua, conformada por el Banco Interamericano para el Desarrollo, Fundación Femsa el Fondo para el medioambiente mundial y TNC, en colaboración con empresas como: Arca, Axtel, Mexichem, Citibanamex, HSBC, Grupo Modelo, entre otras. Se han sumado para generar estrategias de largo alcance para coadyuvar con las ciudades que se encuentran en una encrucijada por el abastecimiento de agua.
«Los Fondos de Agua son una coordinación de muchas instituciones de la iniciativa privada, ambientalistas y gobiernos, lo que buscamos es recuperar las cuencas para lograr darle sustentabilidad a las regiones donde operamos», dijo Hugo Contreras.
Los fondos de agua de encuentran en Aguascalientes, Chiapas, Ciudad de México, Guanajuato, Nuevo León, Toluca y Zacatecas. Además, éstos siguen en crecimiento y desarrollo.
¿Sabes qué actividad es la que más consume agua, en la actualidad? La agricultura. Actualmente la agricultura es una actividad económica que más agua destina a la producción de alimentos, aunque existen nuevos métodos con los que se puede tener una mayor eficiencia de la cosecha y optimizar los espacios sin la necesidad de recurrir al desmonte de sierras con capacidad de acumulación de agua.
