El gigante de cosméticos multinacional, Revlon, ha solicitado la protección por bancarrota del Capítulo 11 en los EE. UU., que otorga a la empresa el apoyo de seguir operando bajo una pausa de su pago de deuda, mientras se reestructura.
De acuerdo con The Guardian, la pandemia y las interrupciones en su cadena de suministro han dirigido a Revlon a la quiebra. Sin embargo, en una industria con constantes cambios, como lo es sector de la belleza, la Responsabilidad Social Empresarial juega un papel primordial en los negocios. ¿Qué ha sucedido en el caso de esta marca?
Revlon a la quiebra
En los últimos años, Revlon perdió espacio en las estanterías y ventas, frente a nuevas marcas, respaldadas por celebridades, como Kylie Cosmetics de Kylie Jenner y Fenty Beauty de Rihanna. Además de verse afectada por problemas en su cadena de suministro, que fueron empeorando con la pandemia de COVID-19, por lo que la escasez de producto en los estantes fue otro factor detonante que llevó a Revlon a la quiebra.
Si bien, con la solicitud de la protección por bancarrota del Capítulo 11, la presidenta y directora de Revlon, Debra Perelman, espera obtener tiempo que le permita «reorganizar estratégicamente» sus finanzas, la realidad es que el escenario futuro no pinta nada bien.
Revlon planea impulsar su caso con $575 millones en financiamiento de deudores en posesión de su base de prestamistas existente pero, sus acciones han caído más del 80%, desde principios del año.
La industria de la belleza
A nivel mundial, la industria de la protección de la piel, cosméticos y cuidado personal ha tenido un crecimiento increíble durante 2020. Aunque hubo una caída en las ventas a nivel mundial del 33%, el sector resistió y los expertos predijeron un retorno de crecimiento para 2022.
Empero, este no ha sido el caso de Revlon, ya que, como lo reporta Fast Company, la turbulencia financiera de la marca ha estado presente incluso antes de la pandemia. En 2020, la corporación ya había anunciado que, después de obtener suficiente respaldo de sus tenedores de bonos existentes, evitó la quiebra, por poco.
A esto se ha sumado que cada vez hay menos barreras, no solo para lanzar una marca de belleza, sino para promocionarla. Entre plataformas como Tik Tok e Instagram, los influencers de todos los niveles pueden llegar a los consumidores de nuevas formas. Para compañías de belleza más genéricas, esta es una gran competencia, y quizás el cúmulo de estos factores pudieron llevar a Revlon a la quiebra.
Apostar por la RSE
Revlon ha enfrentado acusaciones por usar químicos cancerígenos en la fabricación de sus cosméticos. Y pese a que respondió que los señalamientos eran falsos, meses después publicó una nueva política de ingredientes.
Según la compañía, dichas modificaciones ya estaban planeadas desde mucho antes, pero los activistas la ayudaron a darse cuenta de que no estaba comunicando sus esfuerzos. Alexandra Gerber, VP de Revlon, indicó que el cambio estuvo en la transparencia. Esta última es una de las líneas de acción principal de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE), que coadyuva a la imagen corporativa y añade valor frente a las distintas partes interesadas.
Además de entrar tarde a atender a las nuevas preferencias y hábitos de los consumidores, ¿podría ser la falta de trasparencia, comunicación y escucha de sus stakeholders lo que ha llevado a Revlon a la quiebra?
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