Una revolución estudiantil por el cambio climático se ha desatado en toda Europa como parte de una protesta juvenil por la falta de acción climática del gobierno y las empresas. De acuerdo con The Guardian, veintidós escuelas y universidades de todo el continente han sido ocupadas como parte de la campaña propuesta de un mes para exigir un cambio radical en las políticas ambientales.
La demanda de los jóvenes refleja movimientos similares que ocurren en todo el mundo. Este grupo poblacional enfrentará las peores consecuencias del cambio climático, pero lejos de ser víctimas pasivas, están tomando medidas, al igual que cientos de jóvenes activistas, incluida Greta Thunberg.
Juventud llama a la consciencia social vs cambio climático
Estas acciones estudiantiles son un ejemplo de la creciente conciencia y movilización social sobre la importancia de abordar el cambio climático y sus impactos en el planeta y las personas. Además, demuestran que, lejos de ser víctimas pasivas, los jóvenes están tomando medidas.
En Alemania, las universidades de Wolfenbüttel, Magdeburg, Münster, Bielefeld, Ratisbona, Bremen y Berlín fueron ocupadas. En España, los estudiantes de la Universidad Autónoma de Barcelona organizaron jornadas didácticas sobre la crisis climática. En Bélgica, 40 estudiantes ocuparon la Universidad de Gante, y en la República Checa, alrededor de cien estudiantes acamparon frente al Ministerio de Comercio e Industria. En el Reino Unido, se llevaron a cabo ocupaciones en las universidades de Leeds, Exeter y Falmouth para presionar a los responsables de la toma de decisiones a actuar de manera más efectiva frente al cambio climático.
Las acciones más radicales tuvieron lugar en Lisboa, Portugal, donde los jóvenes ocuparon siete escuelas y dos universidades. El jueves, la ocupación de alumnos obligó a una escuela secundaria a permanecer cerrada por tercer día, mientras que los estudiantes de la facultad de humanidades de la Universidad de Lisboa se atrincheraron en la oficina del decano.
Pero las protestas no han parado ahí, la revolución estudiantil frente al cambio climático también ha incluido bloqueos de calles en solidaridad con las ocupaciones. Estas acciones radicales se produjeron después de que los maestros de una escuela llamaran a la policía para desalojar a los alumnos que comenzaron las ocupaciones.
Fin a los combustibles fósiles
Bajo el lema «Acabemos con los fósiles: ¡Ocupen!», los bloqueos y ocupaciones de la campaña tienen como objetivo aprovechar y escalar el movimiento de huelga climática juvenil que alcanzó su punto más fuerte durante las movilizaciones climáticas masivas de 2019.
Es la segunda vez que la campaña convoca a una ola de ocupaciones, con 50 escuelas y universidades ocupadas entre septiembre y diciembre del año pasado, incluyendo tres que fueron desalojadas violentamente por la policía antidisturbios. Los organizadores afirman que la ola anterior de protestas impulsó a la Universidad de Barcelona a hacer obligatorio un módulo sobre la emergencia climática y ecológica para todos los estudiantes.
«Cualquier persona de cualquier parte del mundo que quiera organizar ocupaciones escolares o universitarias locales puede hacerlo, siempre que acepte participar para lograr nuestra demanda principal y siga nuestros tres principios: liderazgo juvenil en la ocupación, un marco de justicia climática para las demandas y persistir en la ocupación hasta alcanzar la victoria».
Voceros de la campaña de protesta estudiantil.
Durante las protestas, los portavoces de la campaña de la Revolución Estudiantil vs Cambio Climático señalan que solo un movimiento de masas que involucre a toda la sociedad asumiendo su responsabilidad de dejar de usar los combustibles fósiles, como el gas y el petróleo, puede realmente cambiar el sistema.
Los organizadores también esperan que esta ola de protestas sociales por la inacción climática sirva de ejemplo en otras partes del mundo para movilizar a más jóvenes y a la sociedad en general, presionando a los gobiernos, empresas y líderes mundiales a tomar medidas urgentes y efectivas para detener el calentamiento global, y con ello reducir los desastres naturales como sequías, olas de calor e inundaciones en todo el mundo.
