Por Emilio Guerra Díaz
A propósito de que este jueves se celebrará en todo el mundo el Día Internacional del Voluntario, me preguntan algunos lectores que si da igual que el Programa de Voluntariado Corporativo (PVC) sea operado por la fundación empresarial o directamente por la corporación. Me consultan: ¿Qué diferencias habría?, ¿Qué riesgos hay?
Desde luego no da igual. La efectividad del PVC depende de un sin número de factores que podemos analizar. Veamos algunos de ellos, por ejemplo: La dimensión de la empresa y el número de colaboradores; el tipo de actividades que se quieren realizar y si están alineadas a los propósitos de inversión social del programa de Responsabilidad Social Empresarial (RSE) o de la fundación; los recursos invertidos; las alianzas con organizaciones civiles y autoridades públicas; y sobre todo el tiempo en el que se desea impulsar la acción voluntaria.
Veamos entonces las diferencias.
Algunas empresas prefieren asignar las funciones de la gerencia del PVC por estimar que la acción voluntaria “entra en el paquete de actividades inherentes a la fundación”. Es lógico que si la fundación empresarial es la cara amable de la empresa con la comunidad, entonces sea ella quien coordine.
Pero en sentido estricto la fundación empresarial adopta una figura legal que es ser una asociación civil sin fines lucrativos, la empresa tiene otra disposición legal. Hasta cierto punto hay una independencia en cuestión de responsabilidades civiles en relación con los empleados, pese a que la institución filantrópica tenga por apellido el nombre de la empresa. Este es uno de los aspectos más relevantes respecto a la gestión del servicio voluntario por los riesgos que puedan surgir.
Cuando la fundación empresarial desea emprender ciertas acciones de voluntariado, el corporativo en algunos casos no responde con la celeridad necesaria ni estima algún valor a las actividades voluntarias porque creen que no les agrega valor, en cambio sí, piensan que son una serie de tareas que no son prioritarias para el negocio, son un gasto y no impactan en los resultados directos del negocio por lo que serán atendidas cuando se resuelva lo importante.
Representa cierta comodidad que sea la fundación la responsable porque la acción voluntaria sólo involucrará a colaboradores de bajo nivel, dejando a un lado la aportación de directivos y ejecutivos. Fundaciones y responsables de programas de RSE visionarios sabrán aprovechar el talento y desarrollarán el mentorazgo.
Por otro lado, si se decide que la empresa administre el PVC, el primer reto es determinar qué área ha de encargarse del programa. Algunas corporaciones tienen área de RSE, otras no. Sea su condición entonces se vislumbran como posibles candidatos de la administración del PVC: primero, el área de RSE; segundo el área de recursos humanos o capital humano; tercero otra un poco más distante como la de Relaciones Públicas o Comunicación.
Sea cual fuere la decisión, para el arranque del PVC se presentan algunos problemas técnicos en la concepción del programa. A menudo una de las grandes dificultades es que las personas, directivos o ejecutivos que han sido responsabilizados en su vida han sido voluntarios, aprenden a serlo sobre la marcha y literalmente se pierden en el quehacer para consolidar un programa. Por ello cuesta trabajo delimitar actividades, escoger socios adecuados para llevar a cabo esas labores, convocar, capacitar y retener voluntarios, etc.
La variable del tiempo
Independientemente de que sea la fundación o la empresa, es importante definir el tiempo en el que se llevará a cabo el servicio voluntario. Existen tres posibilidades, empecemos por la preferida de la empresa: 1) El tiempo dedicado a la acción voluntaria sea fuera del destinado a la jornada laboral. Muchos empresarios estiman que no tienen por qué regalar su tiempo si los empleados son contratados para dar resultados pactados en contratos laborales. 2) Mixto. La empresa cede un poco de su tiempo a condición de que el voluntario ponga parte del suyo. 3) El tiempo del voluntariado está plenamente integrado al de la empresa, incluso se dedican jornadas laborales para alcanzar los objetivos.
¿Cuál es la mejor? Sinceramente las opciones 2 y 3, porque así como se sugiere que para arrancar una fundación empresarial existan dos condiciones: a) Destinar un presupuesto para la operación de la fundación y b) Dirigir un presupuesto de inversión; así también el PVC demanda que la empresa done tiempo como condición sine cuan non tenga coherencia, congruencia y consistencia.
Voluntarismo
Pero el mayor problema de percepción técnica en el diseño de un PVC es caer en el Voluntarismo. Para definirlo hay que iniciar con una de las definiciones de voluntario más aceptadas y atinadas como es la de la Organización Internacional del Trabajo.
Esta dice: “Trabajo no obligatorio y llevado a cabo sin recibir remuneración alguna a cambio, en el que un individuo dona tiempo para realizar actividades –sea a través de una organización o de manera directa– para ayuda de otros fuera de su propio hogar”.
Ahora bien si una empresa constituye un PVC donde el foco de sus acciones consisten en sustituir o complementar las acciones de bienestar para sus propios empleados y colaboradores principalmente, la acción voluntaria ocurre “dentro del propio hogar” (en este caso la empresa) no se cumple la condición de que el servicio voluntario tenga por objeto de su beneficio a un tercero.
Entonces la condición de ayudar mediante el voluntariado organizado a los miembros de una misma empresa, de una dependencia pública, a los estudiantes o los mismos miembros de la organización, es lo que defino como “voluntarismo”. El voluntarismo es un acto generoso sin duda porque se busca la congruencia entre el pensar y el actuar dentro de la empresa para salir a la sociedad, pero no hay que perder de vista que el voluntariado deposita en la comunidad los efectos positivos de la acción.
Visto desde una perspectiva negativa, en algunas ocasiones la empresa recurre al voluntarismo para ahorrarse costos, disminuir actividades que corresponderían por ejemplo a un programa de desarrollo integral del personal trasfiriendo esa responsabilidad al PVC, sea operado por la misma empresa o por la fundación.
Riesgos
De tal manera los riesgos al operar un PVC son:
• Caer en el Voluntarismo, que ya se describió
• No convocar a empleados porque se les ha impuesto una o varias causas sociales que le son ajenas o de poco interés
• Buscar un alto impacto en poco tiempo, por ello se escogen actividades de gran visibilidad. Esto ha provocado por ejemplo que la actividad tenga un escaso patrocinio y un alto recurso para publicitar la acción en medios impresos
• Desentenderse de las responsabilidades de reconocimiento y retención de los colaboradores que son voluntarios
• Perderse en el activismo, emprender variadas actividades como colectas, visitas, otorgamiento de clases, etc. que no están alineadas a los intereses de un programa
• Apostar solo al interés de la empresa, la fundación o el PVC y no ver los deseos de colaboración de los empleados
Así, construir un PVC es un reto que recomendamos sea acompañado por profesionales independientemente de que escoja a la fundación al área de RSE. Un consejo, cuídese de aquellos consultores que le piden que se “prepare para la frustración” al impulsar el programa. Puede apoyarse en los profesionales de la Alianza Mexicana de Voluntariado que en lugar a invitarlo a que se frustre, disfrute los alcances de un programa profesional.
Desde el Consejo Directivo
El Director de la Fundación expresó su entusiasmo por las celebraciones que habrán de llevarse a cabo para festejar a los voluntarios de todo tipo de organizaciones: empresariales, universidades, iglesias, dependencias públicas y organizaciones civiles porque el 5 de diciembre es el Día Internacional de los Voluntarios. Por ello felicitó al DIF Tamaulipas porque la administración actual habrá de entregar el Premio al Mérito Voluntario que consiste en un Diploma, una Medalla y un estímulo económico de 100 mil pesos. A pesar de que el jurado ya sabe quién es la persona merecedora, se sabrá hasta el jueves en ceremonia especial.
La secretaria del Directorio felicitó a los miles de voluntarios que hicieron posible que Teletón alcanzara la meta de recaudación de fondos que se había planteado de superar los 472 millones, 557 mil pesos. Los beneficios permean en personas que realmente necesita los servicios. Se logró recaudar 473 millones 794 mil 379 pesos.
La consejera responsable de movilización de recursos exhortó a disfrutar el concierto a beneficio de Renovación que la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México y su Director Artístico José Areán, ofrecerán el sábado 7 de diciembre a las 18:00 horas, en la Sala Silvestre Revueltas, del Conjunto Ollin Yoliztli, (Periférico Sur 5141, Col. Isidro Fabela. A un costado de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH). El programa incluye la obra “El Oso” de Tristan Schultze. Los recursos recaudados servirán para dar continuidad a las actividades a favor de infancia (para mayores informes al correo [email protected] o al celular 55-5431-1761).
Emilio Guerra Díaz
Emilio Guerra cuenta con amplia experiencia en la Gestión de la RSC, destacando su trabajo en el área de vinculación con la comunidad que potenciar la inversión social empresarial. Ha gerenciado fundaciones empresariales.
Gracias por la publicación Emilio; afortunadamente el Concierto fue muy bien acogido por el público; el narrador Jesús Ochoa se vio espléndido y los asistentes disfrutaron enormemente el concierto, porque es una manera ágil y fácil de inducir a los niños a la música de concierto! Un cuento maravilloso que da continuidad al Carnaval de los Animales de Saint Saëns… Siempre es grato, cuando organizas un evento de esta naturaleza que los asistentes te agradezcan el haberlos invitado! Y los seguiremos invitando!
Estoy segura de que con buenas experiencias previas, los invitados/benefactores, querrán seguir participando!