Por: Emilio Guerra Díaz
Algunos hechos que nos permiten reconocer y valorar liderazgos de personas comprometidas con sus convicciones y valores, pasan desapercibidas por la prensa en general, pero no para Expok, ya que compartimos con los lectores una estupenda noticia.
Recientemente la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) tuvo a bien realizar un homenaje para el fundador del movimiento, Peter Benenson (1921-2005) y para la Sección Mexicana de Amnistía Internacional.
Resulta que la CDHDF sensible a la importancia de los activistas de derechos humanos que trabajan en México, decidió nombrar a una sala de juntas de su relativamente nueva sede, ubicada al sur de la ciudad, con el nombre del fundador de Amnistía Internacional.
El evento tuvo como preámbulo la celebración de un año más de vida del movimiento, fundado el 28 de mayo de 1961, cuando salió publicado el artículo “Los presos olvidados” de Benenson que dirigió al periódico The Observer. Por ello en todo el mundo ese día se celebra la creación de esta asociación mundial.
En México el movimiento que estuvo fuertemente vinculado a los sucesos de 1968, nació diez años después y la asociación civil que representaría en México fue fundado por Alicia Escalante de Zama, Estela Pinto, el Ing. Alvarez Bravo, Arnaldo Centeno, Annunciata Rossi, Bertha Palacios, Brígida Alexander y Graciela Queznel, entre otras personas.
Autoridades de la CDHDF decidieron además hacer un reconocimiento público a dos insignes mujeres del movimiento en México, cuyo trabajo, además de admirable, muestra en todos los años que han sido activistas con ejemplar actitud pues la causa de la búsqueda de justicia, en su corrupción, puede anhelar venganzas, despertar resentimientos y alentar solo la crítica y dividir. En el caso de estas ejemplares mujeres su lucha social siempre ha sido equilibrada, siempre pensando en lo más alto que es el bien común, la tolerancia y la aceptación de la diversidad de personas, por ello hoy sus rostros están llenos de dulzura y siempre son fraternas.
Alberto Herrera, Director Ejecutivo de la Sección hizo una remembranza de la trayectoria de Alicia y Graciela. A ambas les entregó un reconocimiento. Posteriormente los asistentes al evento se trasladaron del auditorio a la sala de juntas que sería bautizada minutos más tarde.
Los miembros de Amnistía Internacional no pudieron contener expresiones de júbilo y conmoción, ya que además de mostrar una bella placa con el nombre de Peter Benenson, tanto en letras como en sistema Braile, en un muro lateral de la sala fue colocada también una bella foto del fundador del movimiento más importante de Derechos Humanos en el mundo. Peter Benenson aparece ahí retratado en sus últimos días, pero no por ello, la imagen atestigua un rostro de un hombre satisfecho con la vida. La faz de Peter muestra su bondad, está lleno de paz, tranquilidad… realización por ser útil a la humanidad.
En el evento se reunieron varios amigos del movimiento que tenían tiempo de no coincidir como Cynthia y Oscar, Sonia, Abraham, María Teresa Rivas, Susana Scherer, entre otros. Sin embargo todos en concordia agradecieron el legado internacional de Peter, pero los seguidores y personas que admiramos el trabajo de la organización, rendimos un merecido tributo a todas las damas, mujeres que como madres sufrieron en carne propia la detención arbitraria de sus hijos en el movimiento estudiantil del 1968 y nos unieron en una causa, nos dieron una razón de ser.
Una de las principales aportaciones del movimiento a nivel mundial fue que en la década de los noventa sus activistas en todo el mundo se dieron la tarea de colocar el tema de los Derechos Humanos también dentro de la empresa. Si bien en el aspecto de la jurisprudencia, el estado es el único que viola estas garantías, Amnistía Internacional llamó exitosamente la atención que algunas prácticas para la contratación laboral de antaño eran discriminatorias, por ejemplo. Desarrolló una serie de propuestas para que desde la empresa fuesen observadas por empleados y directivos.
Más aún los activistas de Amnistía Internacional pudieron alentar el compromiso de varios hombres de negocios al considerar que su actuación pública debía seguir una filosofía de respeto y promoción de los Derechos Humanos con sus gobiernos y propiciar una sana convivencia, pues es el principio de que toda actividad empresarial sea sustentable.
Finalmente, vale la pena decir que para garantizar la independencia del movimiento, Amnistía Internacional no recibe donaciones de montos considerables de empresas. En los años ochentas, denunció el trabajo infantil en varios países asiáticos y ha trabajado para establecer entendimiento entre corporaciones, ciudadanos y asociaciones civiles sin fines de lucro en un tema tan controversial y delicado. En México falta mucho trabajo que hacer entre OSC y empresas y el tema es fundamental para alentar la democracia fuera del ámbito político.
Emilio Guerra Díaz
Sociólogo, articulista en diversos medios impresos desde 1988. Ha colaborado en el sector filantrópico por más de 20 años. Es Voluntario desde 1989. Autor del libro “La política de planificación familiar del estado mexicano”, UAM-Xochimilco, 1991. Consultor en Desarrollo Institucional para OSC. Fue subdirector de la Fundación Cultural Bancomer y Director de Información y Servicios del Cemefi. Actualmente es Gerente de la Fundación ADO.
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