Ya sean para una amiga o para la pareja, las flores son sin duda uno de los regalos más comunes del día de San Valentín. Margaritas, tulipanes, orquídeas, y las clásicas rosas rojas que se han convertido en ícono del enamoramiento a lo largo de los años, son sólo algunas de las plantas que resultan el detalle perfecto para miles de personas que festejan esta fecha alrededor del mundo.
Colombia, es el principal exportador de rosas en América, y el segundo en el mundo, sólo después de Holanda. En total, más de 190 mil hectáreas se destinan a nivel global a esta industria que de acuerdo con Sagarpa, sólo en México alcanza una producción de 420 millones de dólares al año.
Sin embargo, el impacto que tiene la industria sobre las comunidades en las que opera, no siempre es positivo. En algunos países de Latinoamérica, según cifras de Oxfam, 70% de los trabajadores de este sector son mujeres, y tienen un salario mínimo promedio equivalente a 2 dólares diarios.
Por supuesto, las fechas cercanas al día del amor y la amistad, o al día de las madres, en los que las ventas de flores se incrementan hasta en un 104% se convierten en temporadas muy demandantes para las trabajadoras, ya que en época normal, cada una cultiva unas 400 flores diarias, pero en estas fechas, la cifra incluso llega a duplicarse; por lo que para cubrir con esas cuotas los trabajadores se ven obligados a trabajar incluso horas extras sin paga.
Los plaguicidas y las temperaturas extremas ponen a las trabajadoras en riesgo de sufrir serios problemas de salud que van desde náuseas y dolor de cabeza, hasta problemas neurológicos y abortos espontáneos.
Desde luego, el alto consumo de flores en San Valentín, no tiene nada que ver con comercio justo, y tampoco tiene mucho de ecológico, ya que deja una considerable huella de carbono en nuestro planeta.
Además del uso de plaguicidas y químicos para incentivar el rápido crecimiento de las plantas, por cada 12 mil tallos que crecen, se producen 35 mil kilogramos de CO2, imaginemos el daño potencial de los 55 millones de rosas que se comercializan (envueltas en plástico) alrededor del mundo, tan sólo el día de San Valentín.
Más allá su color o su especie, las flores son vida que crece en nuestro planeta, por lo que una opción mucho más responsable y ecológica, es regalar plantas vivas en una maceta para que puedan trasplantarse a un lugar más grande, este detalle prevalecerá mucho más tiempo, traerá beneficios al medio ambiente y llenará de alegría a esa persona especial.
[…] cultivar 12 mil rosas de tallo largo. Además, en algunas regiones la producción masiva de flores resulta en más daños para la comunidad que ganancias económicas, pues los químicos usados pueden dañar la salud y el agua que podría […]
[…] cultivar 12 mil rosas de tallo largo. Además, en algunas regiones la producción masiva de flores resulta en más daños para la comunidad que ganancias económicas, pues los químicos usados pueden dañar la salud y el agua que podría […]
Pese a que no sale en la nota, Ecuador produce flores, es uno de los principales rubros de exportación del país. Ecuador tiene ciertas ventajas naturales: más horas sol al año, y por ello las flores son más grandes, su tallo más grueso, colores más vivos. Por una alianza con UNICEF las flores ecuatorianas tienen el sello «La Flor del Ecuador» la cual es una certificación de estar libres de trabajo infantil; la flor del Ecuador son los niños. Adicionalmente por política publica nacional, no hay trabajo con salarios menores a los oficiales, se supervisa inclusive el pago de horas complementarias y extra. Todos los trabajadores reciben seguridad social. Hay varias florícolas que producen flores orgánicas, algunas de las cuales son hasta comestibles. Lastimosamente aún el mercado no valora como se quisiera el esfuerzo de producir flores de manera orgánica y no reconoce el valor real de este tipo de flor.
Sugiero completar la información de este artículo. Desde el año1996 se estableció el sello FLORVERDE, el cual es un estándar de sostenibilidad con estándares sociales y ambientales, muchas fincas colombianas cuentan con esta certificación para ingresar a mercados tan exigentes como el americano, europeo y japonés.