Un tema especialmente candente hoy en día es la Responsabilidad Social Corporativa (RSC), si bien se trata de algo que ya lleva décadas gestándose, hay que decir que surge a raíz de la reflexión sobre las obligaciones que tienen las empresas en la sociedad en la que se inserta… un tema muy in en nuestros días.
Y es que, aunque las organizaciones no deben descuidar aspectos de negocio y técnicos, como tener siempre disponible inventario de productos, maquinaria, personal, software punto de venta (POS) o TPV, una página web navegable y responsiva a nivel móvil, entre otros aspectos, hay que decir que existen otros temas de tipo social que son absolutamente trascendentales en el modelo de sociedad que tenemos.
Los beneficios no están reñidos con la responsabilidad
Las empresas perseguirán siempre los beneficios, ya que sin ellos no tienen razón de ser. Pero no por ello les está permitido dejar de ser responsables ni con sus trabajadores, ni con el medio ambiente, la sociedad o el mundo en el que vivimos en general. En otras palabras, todas las empresas, por el simple hecho de existir, tienen responsabilidad social… aunque no se pueda decir que todas sean responsables por ella.
Estudios apuntan a que un 40% de consumidores se muestran dispuestos a consumir un producto que sea sostenible o socialmente responsable, aun siendo más caro que otro aparentemente igual; razón por la cual podemos pensar, por un lado, que no es el precio lo único que preocupa a los consumidores; y por el otro, que la RSC contribuye de modo positivo en la decisión de compra.
A esto hay que añadir que cada vez son más las empresas que buscan llevar a cabo una actividad social o medioambiental para colgarse la etiqueta ante sus audiencias. Aquí hay que tener en cuenta algo importante: una empresa puede ser solidaria y no por ello necesariamente será responsable. Tratar de parecerlo es lo que puede denominarse social washing o green washing.
¿Cómo se puede ejercer la Responsabilidad Social Corporativa?
Teniendo ya claro en qué consiste la RSC, es momento de ponerla en marcha. Los autónomos o freelancers tendrán que hacerlo de forma unilateral, siendo conscientes de qué pueden hacer por sí mismos y para qué necesitarán ayuda.
Lejos de pretender empezar la casa por el tejado, la RSC se puede ejercer de forma gradual, haciéndose consciente de qué se puede hacer por los demás desde la empresa. Cada área de actividad dará unas posibilidades distintas.
En todo caso, las pymes tendrán que establecer siempre un plan de trabajo, el en que se prioricen aquellas cosas que se puedan asumir con más facilidad, para posteriormente comenzar a desarrollar aquellas otras que necesiten más tiempo o inversión.
Sin duda alguna, lo mejor es encontrar a un responsable dentro del equipo, para que realice un seguimiento del cumplimiento del plan, y presente los informes pertinentes sobre la implementación de las políticas de RSC.
Teniendo en cuenta que hay muchas cosas que se pueden hacer por la RSC, nada debe hacer pensar que hay que empezar por un cambio radical al instante. El objetivo inicial es tomar conciencia de cómo hacer las cosas desde la empresa para ser más responsable a nivel social.
¿Qué políticas puede implantar un e-commerce para ser socialmente responsable?
Los negocios físicos no son los únicos que deben adoptar la RSC. Aún si se opera de manera 100% virtual a través de e-commerce, es posible ser responsable.
Aquí algunos tips.
- Hacerse responsable de los productos defectuosos. Dentro del mundo del comercio electrónico es más que necesario tener la confianza de los clientes. De modo que es indispensable contar con un servicio de atención al cliente, y adoptar un código ético que obligue a asumir ciertas responsabilidades a la hora de cometer errores.
- Formar parte de proyectos sociales. Hay muchas opciones para poner un granito de arena a un proyecto social, y no tiene por qué ser con dinero, ya que también se puede aportar capital humano o intelectual, por ejemplo.
- Políticas contra la discriminación. Cuando haya que tomar decisiones que afecten a los trabajadores hay que tener presente que dichas decisiones tienen que ser justas, y a ser posible deben contribuir a hacer más diversa la estructura de la organización.
- Ser transparente siempre. Esto supone aportar en la web información detallada acerca de los recursos con los que cuenta la empresa.
- Participar en proyectos de otros. Dichos proyectos pueden ser de tipo tecnológico, de asesoramiento a organizaciones sin ánimo de lucro, etc.
- Comprometerse con el medioambiente. Una forma de hacerlo es implantar un sistema de reciclaje, pero existen otras fórmulas también muy interesantes, como la regulación del consumo energético.
- Hacer un control de calidad. Para ello, lo más básico y productivo es probar con los propios clientes. De este modo se puede saber en qué se está fallando, y cuáles son los aspectos en que se puede mejorar. No hablamos solo de la calidad del producto final, sino que se debe controlar igualmente la calidad del proceso productivo, implementando nuevas tecnologías que agilicen la gestión del negocio, o sistemas de calidad que certifiquen el cumplimiento de la ISO 9001.
- Relacionarse con el entorno. Es muy importante relacionarse con el entorno de manera óptima, acudiendo a eventos relacionados con el sector en el que se inserta el negocio, colaborando con actividades sociales dentro de la comunidad, etc.