La vicepresidenta de marketing de Bud Light, Alissa Heinerscheid, ha tomado una licencia de su puesto y será reemplazada por el vicepresidente global de Budweiser, Todd Allen. Así lo informó Ad Age el pasado viernes 21 de Abril, luego de una polémica que puso fuertemente a prueba la RSE de Bud Light y que, presuntamente causaría que la marca diera un paso atrás en su compromiso con la inclusión.
Medios norteamericanos reportan que el motivo de la licencia de Heinerscheid pudieron ser las reacciones intolerantes de grupos de extrema derecha, frente a la vinculación de la empresa con Dylan Mulvaney, estrella de las redes sociales y mujer trans; luego de que ella, junto con otras celebridades, recibiera una lata de cerveza con su rostro y agradeciera el detalle públicamente.
Como resultado Heinerscheid fue objetivo de la ira de los trolls conservadores y transfóbicos, quienes hicieron un llamaro a boicotear la marca por trabajar con la influencer y actriz de Broadway, mejor conocida por su serie de TikTok «Days of Girlhood».
En entrevista con el podcast Make Yourself At Home, unos días antes, la aún vicepresidenta dijo que quería que la marca de cerveza fuera más allá de su reputación «frat-boy», y participara de la construcción de un mundo más incluyente.
Tengo que priorizar traer a otras personas al camino. Comunidad y mujeres, no significa nada a menos que estar impactando positivamente a otras personas, así que eso ha sido increíblemente importante para mí.
Describió a Bud Light como una marca asociada con un humor fraterno y un poco desconectado y señaló la importancia que adoptar otro enfoque tendría para la marca. De lo contrario, dijo, «no habría futuro para Bud Light».
La publicación de Dylan Mulvaney, mostrando la lata de cerveza personalizada para March Madness, llegó a Instagran el pasado 1 de Abril. Desde entonces tanto Bud Light como su empresa matriz, Anheuser-Busch InBev (ABInBev), han estado en el centro de una tormenta de intolerancia.
Intolerantes e incapaces de aceptar a una mujer trans promoviendo una marca de cerveza, grupos antiderechos y personajes públicos han realizado berrinches públicos, como el músico y seguidor de Trump, Kid Rock, quien se grabó a sí mismo descargando un cargador de arma de asalto en cajas de latas de Bud Light.
Las instalaciones de Budweiser en todo EE. UU. han sido objeto de amenazas de bomba y un video viral de TikTok el martes (18 de abril) mostró a un hombre destruyendo violentamente estantes de cervezas en un Walmart en Topeka, Kansas. Ha sido identificado como Dustin Cain.
Estas acciones, desde luego, ponen de manifiesto la intolerancia y la violencia que existe contra la comunidad trans no solo dentro de Estados Unidos, sino en todo el mundo. Son condenables y súmamente preocupantes.
Así lo consideró también la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, quien en conferencia de prensa el pasado 20 de Abril condenó la reacción violenta, diciendo: «Cuando un estadounidense transgénero publica un video sobre una marca de cerveza que disfruta y eso conduce a amenazas de bomba, está claro que el nivel de violencia y odio contra los estadounidenses transgénero debe detenerse».
Dylan Mulvaney, quien tiene 1,8 millones de seguidores en Instagram y 10,8 millones de seguidores en TikTok, también ha enfrentado una ola de odio por su asociación con Nike, ya que los intolerantes entraron en crisis nuevamente por una publicación pagada de la influencer con leggings de Nike Women y un sujetador deportivo.
A pesar de que diversos grupos de derecha pidieron boicotear la marca, los precios de las acciones de Anheuser-Busch InBev (ABInBev) han alcanzado niveles récord.
Vale la pena señalar que Bud Light había sido patrocinador del Pride Canadiense durante más de 20 años, por lo que la falta de una reacción contundente para defender los derechos de la comunidad LGBT+ y condenar la violencia sorprende como lo que podría ser un claro paso atrás en su compromiso con la inclusión.