Como un aporte a la difusión de los diferentes enfoques y la evolución del concepto de Responsabilidad Social Empresarial (RSE), hemos querido incorporar algunas opiniones de reconocidos autores y personalidades internacionales sobre el tema, dentro de un contexto caracterizado por la necesidad de conjugar las actuaciones, requerimientos y responsabilidades de los tres grandes actores sociales: el sector estatal y/o gubernamental, el sector empresarial y la sociedad civil en su conjunto.
«La doctrina social de la Iglesia sostiene que se pueden vivir relaciones auténticamente humanas, de amistad y de sociabilidad, de solidaridad y de reciprocidad, también dentro de la actividad económica y no solamente fuera o «después» de ella. El sector económico no es ni éticamente neutro ni inhumano o antisocial por naturaleza. Es una actividad del hombre y, precisamente porque es humana, deber ser articulada e institucionalizada éticamente.»
«El gran desafío que tenemos, planteado por las dificultades del desarrollo en este tiempo de globalización y agravado por la crisis económico-financiera actual, es mostrar, tanto en el orden de las ideas como de los comportamientos, que no sólo no se pueden olvidar o debilitar los principios tradicionales de la ética social, como la transparencia, la honestidad y la responsabilidad, sino que en las relaciones mercantiles el principio de gratuidad y la lógica del don, como expresiones de fraternidad, pueden y deben tener espacio en la actividad económica ordinaria. Esto es una exigencia del hombre en el momento actual, pero también de la razón económica misma. Una exigencia de la caridad y de la verdad al mismo tiempo.»
Su Santidad Benedicto XVI.
Carta Encíclica Cáritas in Veritate,
29 de junio de 2009.
«El tema, más que si hacer o no RSE, es ¿cómo hacerlo? Allí aparece como una cuestión central, la de la educación. ¿Cómo educar nuevas generaciones de líderes empresariales y gerenciales para que naturalmente y con plena eficiencia, construyan empresas responsables con sus empleados, respetuosas de sus consumidores, promuevan la preservación del medio ambiente, involucradas en los grandes problemas de interés colectivo, y que no tengan doble código ético, es decir que sean éticas en sus inversiones en países en desarrollo, como en sus sedes centrales.»
Bernardo Kliksberg,
Asesor Principal
Dirección Regional del PNUD para América Latina.
«Educar en ética empresarial en Iberoamérica: un desafío impostergable»,
Enero de 2004.
«Es verdad que se ha considerado por mucho tiempo que los objetivos económicos y sociales son distintos y a menudo compiten entre sí. Pero ésta es una dicotomía falsa. Representa una perspectiva cada vez más obsoleta en un mundo de competencia abierta basada en el conocimiento. Las empresas no funcionan aisladas de la sociedad que las rodea. De hecho, su habilidad para competir depende considerablemente de las circunstancias de los lugares donde operan.»
Michael E. Porter y Mark R. Kramer.
«La ventaja competitiva de la filantropía corporativa».
Harvard Business Review América Latina,
diciembre 2002.