El ánimo de impactar positivamente en la manera en que las mujeres se ven a sí mismas como agentes de cambio social llevó a Carolina Nieto, presidenta de la Asociación Saber para la Vida, a crear su organización, desde la cual imparte talleres, capacita y trabaja con mujeres de comunidades marginadas para ayudarlas a explotar sus capacidades productivas.
“Yo no venía de una educación feminista, pero convivir con figuras de este movimiento me ayudó a trabajar temas de género y ligar mi conocimiento social con las empresas; observé que había un vacío en cuanto a lo que las mujeres querían y podían hacer en el ámbito profesional”, dijo en entrevista.
Carolina explicó que, mientras en las zonas urbanas la vocación de las mujeres era de servicio, es decir, abrir cafeterías, restaurantes o ventas al menudeo, en las comunidades indígenas la tendencia se enfocaba en la producción, generalmente de artículos típicos de la región, y percibió que el problema es la desinformación sobre el potencial que tienen sus productos para comercializarlos.
Preparar a una comunidad para que cuente con una estructura de producción sólida que les permita beneficiarse lleva cerca de tres años. Para volver estos proyectos sostenibles, el modelo más exitoso que han implementado se basa en ligar a una empresa que busque vender productos de este tipo con una comunidad dispuesta a entrenarse en la producción y un fondo para financiar el proyecto, que en muchos casos sale de fundaciones sociales y empresarios interesados en invertir en responsabilidad social.
Su organización trabaja con comunidades en Guerrero, Zacatecas, Puebla y el Estado de México.
Fuente: El Empresario