Hasta hace poco, las trabajadoras del hogar en México, eran casi «invisibles» ante los ojos de la autoridad, y es que la mayoría de ellas, no cuenta con un seguro médico y mucho menos con un salario fijo.
Por ello, la Suprema Corte de la Nación (SCJN) dijo que es inconstitucional que los patrones no estén obligados a inscribir a las empleadas domésticas ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) ya que al no hacerlo, se está incurriendo a una práctica discriminatoria.
«No existe alguna razón constitucionalmente válida por la cual la Ley Federal del Trabajo y la Ley del IMSS excluyen el trabajo doméstico del régimen obligatorio de seguridad social, lo cual provoca una discriminación injusta contra dichas trabajadoras”.
De acuerdo con la Parvada Estrategias Comunitarias, una organización no gubernamental dedicada a defender los derechos de las mujeres, a través de la intersección género pobreza, hizo un experimento social que prueba las condiciones de explotación que prevalecen para trabajadoras del hogar: a través de una supuesta agencia de colocación llamada La Alegría del Hogar, con el cual comprobaron que en algunas partes del país como en Guadalajara y Zapopan existen empleadores dispuestos a contratarlas bajo esquemas de explotación laboral.
De acuerdo con el informe Se busca muchacha: la normalización de la explotación en el trabajo del hogar en la zona metropolitana de Guadalajara, el 97% de las llamadas que recibieron por parte de personas interesadas en la contratación de estos servicios provenían de colonias de clase alta y clase media-alta, lo que significa que sí tienen los recursos para pagar un salario digno.
Sin embargo, aceptaron que la agencia de colocación se quedara con el 60% del pago, lo que dejaría a las trabajadoras del hogar con un sueldo de 60 pesos diarios.
Únicamente el 4% de las personas que llamaron rechazaron este esquema por tratarse de explotación laboral.
Entre las prácticas de discriminación más arraigadas se detectaron:
La discriminación nominal: la mayoría de quienes pidieron informes se referían con términos que infantilizan a las mujeres como “muchachas”, “señorita”, el informe destaca que estas expresiones no denotan una relación laboral.
Discriminación en prácticas alimentarias: A quienes llamaban se les sugería “usted no está obligado a darles de comer” o “puede darles algo que les sobre”. Sólo 4 personas objetaron la propuesta, mientras que el resto asentía y un par de interesados pidieron que eso estuviera por escrito en un contrato.
El informe del ejercicio destaca que los patrones que tienen los medios para pagar salarios justos y no lo hacen son responsables directos de prácticas de explotación.
Salario justo de las trabajadoras del hogar en México
Actualmente, una trabajadora doméstica no percibe un salario justo, a pesar de su gran labor en el hogar. ¿Qué salario es justo para una trabajadora del hogar?
De acuerdo con la organización, por una jornada de 4 horas, una trabajadora del hogar debe percibir de 365 pesos, mientras que, si la jornada es de tiempo completo (8 horas), el pago debe de ser de 669 pesos al día.
Se trata de un tabulador generado por la organización, quien considera principalmente los gastos de transporte, comida y vivienda. El célculo se deriva de un estudio que tomó en consideración las necesidades de un grupo de trabajadoras del hogar en Zapopan, Jalisco.
“La remuneración por un trabajo debe tomar en cuenta las necesidades de quien lo realiza. Si bien existe un salario mínimo, éste difícilmente alcanza para cubrir las necesidades de las trabajadoras, por lo que existe un imperativo ético de brindar una remuneración que les permita vivir en condiciones dignas, independientemente que sea un trabajo que mayoritariamente se practica desde la informalidad”.
En México existen 2.3 millones de trabajadoras domésticas, de ellas, 97% no tiene seguridad social, 60% no tienen vacaciones y 76.5% gana entre uno y dos salarios mínimos al día.
De acuerdo con el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), una de cada 7 trabajadoras en el país ha sido víctima de maltrato verbal o físico dentro de su trabajo.
Según la organización Parvada, además de las otras actividades como el planchado, cuidado de personas dependientes, mensajería o compra de supermercado deben ser considerados servicios adicionales con costo extra, pues el cuidado de una persona dependiente puede tasarse en incluso más de 100 pesos la hora, cuando muchas empleadas del hogar lo hacen sin percibir ingreso adicional alguno.
O sea que las trabajadoras domesticas podrían ganar mas que un profecionista
En realidad, ambos deberían ganar más; ellas por las jornadas excesivas a que son sometidas, y los segundos por su conocimiento.