En México 55 millones de personas dependen de la economía informal, según cifras oficiales; el mercado en México se ha precarizado en ofertas de trabajo y en la retribución salarial.
El trabajo informal se ha convertido en el principal apoyo de muchos mexicanos para completar sus salarios. El 48% de la población depende de estos ingresos, señala Jesús Valdés Díaz de Villegas, académico del Departamento de Estudios Empresariales de la Universidad Iberoamericana (UIA).
Aproximadamente 13.8 millones de personas de la Población Económicamente Activa (PEA) trabajan en la informalidad, cifra que asciende hasta 55.3 millones de personas si se considera a todos los miembros de una familia que dependen de la economía informal, según cifras del Gobierno Federal en 2010.
La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del segundo trimestre del 2012 reveló que el empleo informal creció 29.3%.
A nivel mundial, 60% de los trabajadores no tienen un marco legal que los proteja, según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
«Los bajos salarios en los empleos formales (suelen) llevar al mercado informal, como una segunda fuente de ingresos para garantizar la sustentabilidad económica de las familia», dice Valdés Díaz de Villegas.
Mientras el poder adquisitivo ha perdido 25% de su valor en los últimos seis años, hay productos que no han dejado de encarecerse, como los que de la canasta básica, comenta Alejandro López Bolaños, integrante del Grupo de Análisis de la Coyuntura de Economía Mexicana (GACEM) de la UNAM.
El precio del kilo de tortilla se elevó 70.5% entre 2006 y 2011; el de huevo blanco aumentó 68%, mientras que el arroz registró un 47.8%. El nivel de inflación anual en el país, registrado en ese lapso de años, es de 4.4%, agregó el académico.
Datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo (Coneval) arrojan que una canasta alimentaria en México costaba 805.34 pesos en 2006, para 2011 esta cifra cambió a 1,067 pesos. A partir de análisis realizados para el documento «La inflación en México al cierre de 2011», López Bolaños estima que si se destinara un salario mínimo nominal de 2011 (alrededor de 60 pesos diarios) a comprar un producto de la canasta, sólo se podrían adquirir cinco kilogramos de tortilla, menos de tres kilogramos de huevo, o poco más de tres kilogramos de arroz.
Estas problemáticas «entendidas como fallas estructurales que estimulan el desvío de la gente hacia la economía informal», deben atacarse desde una reforma del marco jurídico institucional, asegura López Bolaños.
Negociación uno a uno
El mercado en México se ha «precarizado» en ofertas de trabajo y en la retribución salarial. Para enfrentar esta situación son cruciales cambios en las políticas laborales, pero ante una falta de acuerdo, el empleado debe entrenarse en buscar los medios para negociar el tipo de compensación que le oferten, expresa la psicóloga laboral Eugenia Franco.
La primera regla es entender «que los salarios sí son negociables, aunque generalmente el deseo de quedarse con una oferta intimida y atemoriza al trabajador para pedir una retribución diferente. Sin embargo, el que contrata puede estar en una situación apremiante, y si lo que busca es traer tu tiempo y esfuerzo a la empresa, accederá algún intercambio. Es importante detectar ese tipo de señales», explica la psicóloga de la UNAM.
Hay muchos factores que influyen en la decisión de emplear a la persona rápidamente y conceder ciertas negociaciones. La organización puede estar perdiendo productividad y dinero porque tienen el puesto vacío. En ese caso, contratar rápido es importante, menciona Franco.
Otro fenómeno es la «química», el empleador puede tener cierta flexibilidad si en la entrevista encuentra que hace ‘clic’ con el candidato, y esto abarca no sólo llenar el puesto por conocimientos, sino también buscar un elemento que produzca empatía con el entrevistador. Por eso es importante que el empleado se muestre agresivo en la venta de su marca personal, de sus fortalezas, de sus resultados, y estudie la situación de ese puesto para saber hasta qué punto puede negociar concesiones, de acuerdo a sus necesidades, explica la psicóloga.
La oferta -demanda para el puesto es otro factor relevante. Los empleadores pueden pagar por encima del promedio a fin de contratar y retener a una persona en las plazas donde se detecte más escasez de talento y dificultad para conseguir a quien llegue con el expertise y los contactos para cubrir el puesto, afirma la psicóloga laboral.
Fuente: cnnexpansion.com
Por: Ivonne Vargas Hernández
Publicada: 24 de Agosto de 2012